18 de abril de 2013

La vida y la muerte





¿Dos caras de una misma moneda?


Hamas, la Jihad Islámica, Hezbolá Celebrate Attack Terror Boston.


Poco después de las bombas terroristas explotaron y asesinaron a más de 12 personas en el Maratón de Boston, los miembros de Hamas, Jihad Islámica y Hezbollah bailaron en las calles de Gaza, repartiendo caramelos y dulces a los transeúntes.



Reflexionando sobre los jóvenes que cumplen abnegada y valerosamente el servicio militar en Israel, logré entender en toda su dimensión, del verdadero significado de esta frase tan escuchada por aquí: Melaj Haaretz, la Sal de la Tierra. Comprendí que la Sal de la Tierra es esta noble juventud, son estas chicas y chicos casi adolescentes que se preparan para la defensa en los momentos más difíciles, que sin lugar a dudas son lo mejor de lo mejor de su pueblo .

Los padres de estos jóvenes, vivencian en múltiples oportunidades los dramáticos momentos donde sus almas tiemblan por la suerte de sus hijos, con cada llamada, con cada timbre en la puerta, se paralizan los sentidos, imaginando un terrible aviso del ejército donde pudieran decir que algo malo pudo pasar, de que se encontraran en un lejano hospital del sur o del norte y quizá de algo peor aun, todo lo mas tenebroso que se  pueda cruzar violentamente por esas temerosas mentes.

La espesa vigilia de saber algo sobre ellos, haciendo interminables las horas de trabajo, inquietantes los cortos periodos de descanso, torturantes los momentos de charlas, higiene personal o limpieza hogareña. Todas esas horas que transcurren a menudo, muy lentas y plenas de fantasmas.

En el sistema escolar de la Autoridad Palestina los directivos, los maestros y  los textos escolares incitan al odio y al martirio. En las paredes de los jardines de infantes hay carteles que les llaman a sus pequeños alumnos "los shahids (mártires) del mañana"

Del excelente escritor israelí, David Grossman ante su tremenda e irreparable pérdida como padre: "En la noche del 12 de agosto de 2006, pocas horas antes del fin de la guerra, mi hijo Uri murió junto a los ocupantes de un vehículo blindado, al ser alcanzados por un misil de la Hezbolá. Les quisiera hablar de Uri pero no puedo. Sólo esto: imagínense un hombre joven al principio de su vida, con todas sus esperanzas, su alegría y su humor. Así era él"

Ahmad Hamdan, delegado de Hamás en Teherán, manifestó que el 20% de los caídos en  acciones terroristas, durante la Intifada, fueron niños y adolescentes. Convencidos que con el martirio asegurarán la vida eterna en el paraíso junto a 72 vírgenes.

" No olvidar que el que está enfrente, el enemigo que me odia y me ve como una amenaza para su vida, es también un ser humano con sus preocupaciones, con su familia y sus hijos, con su idea de justicia y sus esperanzas, con sus desesperaciones y sus miedos". David Grossman ante la irreparable pérdida de su hijo Uri.

Cuando Ahmat Omar Abu Selmia, de 15 años, resultó muerto mientras atentaba contra la comunidad israelí de Duguit, su padre celebró su "martirio" en un festejo popular al que concurrieron más de doscientos invitados. 
  
Nuestra recordada Golda Meir, la cuarta primera ministro del Estado de Israel, nos lega una formidable e histórica sentencia profética: "La paz llegará, cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros"

Hamas tiene una página en Internet con dibujos e historias infantiles, destinada a  influenciar y adoctrinar a los niños palestinos sobre el odio injustificado al Estado de Israel y a su pueblo. "Morir en nombre de Alá es ser un héroe a sus ojos"

 Lo más sorprendente en este mundo tan violento e intolerante, es que estos hijos de Israel no desean ir a la guerra, no tienen intenciones de exterminar al enemigo, no tienen interés en  saquear indefensas poblaciones civiles o conquistar tierras extrañas.

Un dirigente religioso de la Autoridad Palestina, Ikrima Sabri nos ilustra: "Cuanto más joven es el mártir, más importante es y más lo respeto, mis elogios a las madres que desean sacrificar a su descendencia para el motivo de la libertad".

Estos jóvenes israelíes solo quieren luchar contra quienes se fijaron como objetivos preferidos atacar a sus hogares, contra esos enemigos implacables cuyo gran sueño dorado es borrarlos de la faz de la tierra o echarlos al Mediterráneo.
  
"Cría cuervos y te sacarán los ojos
Dicho popular.
  
Se equivocan y muy a lo grande, estas fuerzas retrogradas y oscurantistas del terror que no se dan cuenta que esta gran debilidad de Israel, este apego a sus hijos, es realmente nuestra gran Fortaleza.

Dijo el jeque Nasrallah, líder máximo de la Hezbollah: "La debilidad de la entidad sionista es 'su fuerte adhesión a este mundo, nuestra fuerza es la voluntad de sacrificar nuestra sangre y nuestros hijos…" "Esta entidad (sionista)….son descritos por Alá como 'el pueblo que cuida más su vida'. Su fuerte adhesión a este mundo, con todas sus vanidades y placeres, constituye una debilidad ". "En contraste, nuestro pueblo y la voluntad de nuestra nación de sacrificar su sangre, sus almas, sus hijos, sus padres, y sus familias por la causa del honor, la vida, y la felicidad de la nación, siempre ha sido una de las fortalezas de nuestra nación".

Esas ganas de vivir no es un invento artificial y superfluo creado en forma mágica desde el nacimiento de Israel como Estado ni es importada de ningún sofisticado y novedoso mercado multinacional,  simplemente la han heredado de nuestros ancestrales valores judíos.

 Una nación con niños mártires será victoriosa, no importa qué dificultades quedan en su camino. Israel no puede conquistarnos o violar nuestros territorios, porque tenemos hijos mártires que purgarán la tierra de toda suciedad. Esto se hará a través de la sangre de los mártires". Na'im Qasim, diputado de la Hezbolá, Hassan Nasrala.

Valores ancestrales de Israel que permitieron sobrevivir a nuestro pueblo en las condiciones más adversas y extremas, teniendo que optar permanentemente entre la vida y la muerte, eligiendo siempre la vida .

" Que caiga la vergüenza sobre aquel que no enseña a sus hijos la educación de la Yihad; bendito sea aquél que dona un cinturón de explosivos para él mismo o para sus hijos y se para entre los judíos y dice: Alá Akbar (Alá es Grande)". Mohamed Ibrahim Madi, por la televisión palestina.

La principal Fortaleza de los israelíes fue y seguirá siendo el apego a la vida cotidiana, a los padres, a los hijos, a los amigos, a la tierra, a las instituciones y al futuro.

Existe hoy una generación completa de niños palestinos a los que la cultura de la muerte les convirtió en víctimas del adoctrinamiento y de la propaganda, convenciéndolos de que el martirio en nombre de Alá es el máximo logro que puede ser alcanzado en la vida. Muchos de estos niños palestinos aspiran a la muerte como shahides o mártires de Alá.

La gran Fortaleza de Israel es luchar por la vida, amar apasionadamente la vida para que sus hermanos, sus hijos, sus almas y su sangre vivan para siempre.
  
Hezbolá recluta de manera habitual a niños y los entrena para la guerra y el terror, utilizando uniformes de combate, camuflando sus caras con pintura negra y afirmando el deseo de recorrer el camino del martirio. Se cree que hay 140.000 niños entrenados para la guerra.

Cuando observamos esas espantosas imágenes de sufrimiento y muerte que nos muestran los medios informativos sensacionalistas para vender mas o simplemente para demonizar a Israel, se siente una desagradable sensación de asco y repulsión hacia este interminable conflicto sin fin que imponen los agentes del fanatismo y el terror.

Quienes habitan en ese complejo y salvaje medio oriente vivencian como se viene desarrollando desde tiempos casi inmemoriales un largo y tortuoso conflicto que atrapa irremediablemente a todas las sucesivas generaciones de jóvenes, ancianos, mujeres y niños.

"Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba"
(Herodoto de Halicarnaso)

Quienes  aborrecemos tanto despliegue innecesario de odio, de maldad y de muerte nos oponemos decididamente a estas y otras guerras que se niegan miserablemente a la razón, a la lógica, a lo humano y a la vida misma.


Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.

Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
Si es solo para mí, ¿de que sirve?
(Hillel)

11 de abril de 2013

¿Porque soy judío?






¿Que significa ser un judío hoy, en abril de 2013?

Ser un judío hoy no es una tarea para nada fácil pues no es producto de haberlo estudiado en alguna universidad cara y prestigiosa ni de haber leído algún promocionado y erudito manual de procedimientos tampoco es producto de haber adherido a alguna moda extravagante traída de París o a alguna extraña filosofía importada de algún país remoto y exótico.

¿Qué es ser un judío? Es algo que se lleva dentro pero, ¿Es formar parte de una raza?, ¿Es tener una nacionalidad determinada?, ¿Es una religión?

Si fuera una raza no tendría sentido la conversión, no existirían judíos negros, morenos, amarillos y blancos. Entonces no es una raza.

Si fuera una nacionalidad, alguien que nació fuera de Israel o que posee otra ciudadanía no es judío pero todos conocemos judíos franceses, judíos canadienses, judíos rusos, judíos argentinos, judíos uruguayos. Entonces no es una nacionalidad.

Si fuera sólo una religión, los judíos no religiosos no serían judíos y esto no es así. Entonces no es sólo una religión.

¿Entonces qué es ser un judío?

Creo que ser un judío hoy, es una opción de vida, es ser un irremediable rebelde que nada eternamente contra la corriente del conformismo, de la mediocridad, de la corrupción y de la maldad de los hombres.

Es oponerse activamente  a las injusticias que percibimos en nuestra rutina cotidiana, es trabajar incansablemente desde nuestras imperfecciones y debilidades para ser una luz entre las naciones, es atreverse desde nuestros humildes lugares a hacer de este mundo un lugar realmente digno de ser vivido.

Comencé a tener plena conciencia de mi judaísmo cuando desde mi más temprana y tierna infancia escuchaba de mis queridos abuelos hablarme en yidish para halagarme con un dulce "a scheine inguele" (un lindo muchachito).

Hoy me siento orgullo de ser un judío, de pertenecer al ancestral pueblo judío y de ser por mi propia elección parte de ese pueblo judío.

Opino como Jean-Paul Sartre que el judío auténtico se auto elije a sí mismo judío y no se identifica en la caricatura grotesca que el antisemita pretende mostrarle ya que no se avergüenza ni tiene motivo alguno para avergonzarse de su propia esencia.

Soy judío porque nací en un hogar judío mientras un tango de aquellos me acunaba con "adiós muchachos" y "yira yira" cuando mi padre cada noche escuchaba a Marianito Mores y a Julio Sosa en aquella vieja radio gris.

Crecí en un hogar donde se encontraban las melodías del arrabal y "la comparsita" con el "a visale mazl" y el dulce idish que brotaban de las bocas de mis queridos abuelos rusos ashkenazis.

Compartí una mesa donde se amalgamaban el vino tinto con los vareniques, el mate amargo con el leicaj de miel y además el tierno churrasquito con los knishes mágicos de mi idishe mame.

Aprendí de mis mayores que en la vida hay que ser un hombre derecho y valiente, que hay que ponerle el pecho a la vida pero también hay que estudiar una carrera, aprender un oficio y ser un idishe mench.

Jugué al "fulbo" en un potrero, a la "payanca" en la vereda y al dreidl en el shule. Leí "Billiken", "Corto Maltes" y "Rico Tipo" junto a las Historias de mi Pueblo y "El Estado Judío" de Teodoro Herzl.

Festejé con sidra y pan dulce el Año Nuevo, con asado y empanadas los 25 de Mayo pero en Rosh Hashana era manzana y miel y en Pesaj el vishnik de mi bobe Sara y su exquisito guefilte fish.

Me emocionaba la marchita de San Lorenzo los 9 de julio y el HaTikva me hacia lagrimear en los Iom Hatzmaut y se me confundían los alegres Purim con ese loco y fascinante Carnaval.

Me despertaba mucha pasión mi equipo de Boca Juniors, la cupe Ford de Juancito Gálvez y la voz de oro del morocho Gardel pero también los jalutzim de lejanos kibutzim y el glorioso ejercito de defensa de Eretz Israel.

Se mezclaban en mi fantasía las imágenes de los gauchos del Martín Fierro, los malevos del noveciento y los rebes, cuenteniks y linyeras de las historias encantadas de la lejana Rusia que me contaba  mi abuelo José.

Me decía mi inolvidable abuela Sara: "puedes estudiar, trabajar, viajar, amar, vivir y soñar, puedes hacer todo lo que desees y lo que sientas pero al final deberás ser una persona, un ser humano íntegro y derecho".

Pero realmente: ¿Qué llegué a ser? ¿Quién soy?

A veces soy como ese pueblo errante que ha sido obligado a dispersarse, a vagar interminablemente por todos los confines del orbe, rechazado y humillado, sin derechos a retornar a su mundo.

Algunas veces me siento como Teseo, quien en su desafío de  vencer al Minotauro y salir ileso del peligro solo contaba con la ayuda del ovillo de hilo de su amada Ariadna para hallar el camino de salida del sombrío Laberinto.

Otras veces soy como Ajashverus, el eterno judío errante,  que solo desea poder descansar algún día en su Tierra Prometida tan distante.

Otras como el legendario patriarca  Jacob, a quien sus hijos llevaron de muy anciano a Egipto para después retornar con el próximo éxodo a su amada Tierra.

Pero también soy un sueño, soy un azar, soy un destino, cuando no se hacía adonde ir y me encuentro perdido, temo no poder encontrar mi verdadero camino.

Hoy ya sé quién soy y el saberlo me hace sentir feliz y orgulloso, soy lo que siempre pretendí ser e indudablemente fui capaz de lograr.

Ser como tu, como el y como todos.

Ser simplemente un ser humano.

 

Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.

Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando? si es solo para mí, ¿de que sirve?


(Hillel)