Guido Maisuls
Hoy es jueves a la noche y para mi alegría comienza el esperado fin de semana, después de haber cenado con mi familia siento en mi cuerpo y en mis pestañas el peso de toda una completa semana de trabajo en el laboratorio, antes de irme a descansar recorro los principales diarios virtuales desde mi computadora y me detengo en un reporte del Haaretz.
Zvi Mesinai que es un físico y programador informático israelí, dedicado desde hace años a investigar la Historia de Israel, se relaciona con cuatro palestinos de las colinas de Hebron y los contacta con un grupo de importantes rabinos por el simple motivo de que afirman que son descendientes de judeos que fueron forzados a convertirse al Islam.
Sus familias habían sacado de sus puertas las mezuzot para evitar las agresiones de sus vecinos, uno de ellos conserva aun los tefilim de sus ancestros y otro recuerda que ellos encendían velas en Shabat y en Januca en completo secreto.
Mesinai sostiene que el ochenta y cinco por ciento de los palestinos tiene orígenes judeos; un estudio genético del cromosoma Y, estableció una sorprendente similitud genética entre los judeos y más del ochenta por ciento de los palestinos.
Luego de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalem, los judeos fueron expulsados por los romanos, de los dos millones de judeos originales, permanecieron un millón que primero fueron presionados a convertirse al cristianismo durante el Imperio Bizantino y luego en el 1012 el califa Al-Hakim los obliga a convertirse al Islam a un medio millón de habitantes que aun se consideraban judeos. La gran mayoría se hicieron mustarabim, musulmanes por fuera y judeos secretos en su intimidad, una similitud histórica con sus hermanos marranos o anusim de la península ibérica.
A pesar de mi inusitado interés por esta interesante historia, mis ojos tienden a cerrarse y me avisan que mi cuerpo necesita descanso pero los mustarabin palestinos siguen dando vuelta obstinadamente en mi mente.
Ante este extraordinario descubrimiento se produce una verdadera revolución en Israel y en todo el Medio Oriente, miles y miles de palestinos comienzan a despertar de ese largo letargo de tantos siglos, comienzan a tomar conciencia de sus ocultos orígenes, de su verdadera identidad, de que su adhesión al Islam fue solamente una imposición forzada por los invasores islámicos y encubierta por el tiempo y por el destino. Se producen profundas crisis personales, familiares y comunitarias que desembocan primero en el desconcierto y luego en un inusitado y hasta obsesivo interés en investigar sobre sus ancestros y sobre sus propias vidas. Los dirigentes y lideres de Hamas, Jihad Islámica, Hezbollah, Al Fatah y Al Kaeda se encuentran de pronto con una gran catástrofe, con un profundo e inevitable abismo, su población cautiva se agita, se revela, se cuestiona, desobedece y deserta masivamente de las filas del fundamentalismo islámico.
En la sociedad israelí la crisis y el desconcierto no es menor, tanto la dirigencia de la izquierda y como de la derecha, se quedan mudos, sin argumentos, las estructuras partidarias se derrumban; los slogan de dos pueblos en dos estados, dos pueblos en tres estados, la republica islámica de Israel y todas las invenciones sesudamente diseñadas se esfuman en un gran vacío existencial. Los ciudadanos se debaten entre el gran desconcierto inicial y asoma por primera vez, una pequeña y tenue lucecita de esperanza en el horizonte de un futuro de paz y de armonía tan largamente añorado.
En Estados Unidos y en Europa todos los aspirantes a los Premios Nobel de la Paz, empiezan a sentirse decepcionados y frustrados ya que el conflicto del Medio Oriente no es ya campo fértil para sus ambiciones. Decenas y centenas de presidentes, ex presidentes, primeros ministros y funcionarios varios como Clinton, Blair, Bush, Carter y otros, proyectan ya sus definitivas y merecidas jubilaciones
La Organización de las Naciones Unidas avizora en el nuevo horizonte medio oriental de que el leit motiv de su existencia esta seriamente amenazado, considerándose totalmente inútiles y contraproducentes mas del 95 % de sus tendenciosas actividades.
El 88 % de la Prensa Mundial, escrita, radial, televisiva e internauta avizora su inminente quiebra empresarial, financiera e informática al desaparecer del horizonte los fundamentos de millones y millones de noticias anti israelíes y judeo fóbicas sobre las leyendas novelescas del racismo sionista, la brutal ocupación israelí y el genocidio del pueblo palestino.
La Republica Islámica de Irán, en un marco de total desconcierto, interrumpe sorpresivamente su programa nuclear debido a los cuestionamientos internos y externos de la imposibilidad de utilizar armas atómicas en algún lugar del medio oriente, ya que se sospecha que pueden existir también mustarabim en Siria, Líbano, Jordania, Afghanistan y en la misma nación persa.
Lideres de todos los países del ámbito islámico como reyes y reyezuelos, sultanes y cuidadores de harenes, presidentes democráticos vitalicios per sempre, dictadores monárquicos y republicanos, dirigentes más o menos fundamentalistas, chiitas y sunitas quedaron sumidos en una profunda crisis existencial y ya están importando con sus petrodólares, prestigiosos psicólogos y psiquiatras occidentales para saber como llenar ese gran vacío espiritual en que se esta transformando sus vidas.
Los titulares de todos los periódicos del mundo muestran, entre altisonantes y asombrados, el siguiente anuncio: Nosotros, los representantes de las Comunidades Judeas Palestinas de Jerusalem Oriental, Yenin, Ramallah, Hebron, Jerico, Bet Lejem, Shjem, Kalkiria y Gaza solicitamos solemnemente al Parlamento (Kneseet), al Sr. Presidente y al Sr. Primer Ministro nuestra definitiva y completa integración al Estado de Israel en los estamentos ejecutivos, legislativos y judiciales, acogiéndonos a la Ley del Derecho al Retorno fundamentalmente en los aspectos legales y espirituales, integrando definitivamente nuestras poblaciones y territorios al único Estado Judeo y Democrático, al Estado de Israel.
"Estas pruebas hacen redundante el conflicto. Esto demuestra que Judea y Samaria pertenece a los judeos reconocidos y a los judeos no reconocidos". Zvi Mesinai
"La fórmula de dos Estados para dos pueblos que promulgan todos es una receta para el fracaso. Los palestinos son nuestros hermanos, así que lo que se requiere es un Estado para un pueblo''
Mordejai Nisán, docente de la Universidad Hebrea en Estudios del Medio Oriente.
Despierto, abro mis ojos, un rayo de sol se filtra por la ventana de mi dormitorio, mi reloj despertador me susurra que son las seis de la mañana del viernes. La implacable realidad me invade mis sentidos y me asalta crudamente una inquietante pregunta:
¿Fue todo, solo un tonto sueño de una placida noche de verano?