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"Yo me pregunto: ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo nos gustaría qué nos vean?"
Yo me pregunto: ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo nos gustaría
qué nos vean?
Todos
poseemos padres y maestros, una cultura y una sociedad en la cuales
estamos inmersos y sabemos que para definir nuestra identidad, cada uno
de nosotros somos absolutamente responsables de ser quién somos y de
como somos y hacia donde vamos.
Dijo Steve Jobs: "Tu
tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien
distinto."
Esta semana he quedado realmente sorprendido
al leer que genetistas israelíes del Centro Médico Sheba de
Tel Hashomer han descubierto raíces genéticas sefardíes en un grupo de indios
del oeste del Estado de Colorado, en EEUU luego de realizar análisis computerizados
de diferentes muestras de individuos cuyos antepasados habían emigrado desde
México unos doscientos años antes.
El
lejano pasado logró proyectarse hasta un laboratorio de investigación
genética del presente donde un grupo de científicos dirigidos por Mark
Jobling de la Universidad de Leicester de Inglaterra y Francesc
Calafell de la Universidad de Pompeu Fabra de Barcelona, estudiaron los
cromosomas Y (que se trasmiten de padres a hijos) de judíos sefaradíes
de diferentes lugares del mundo y los compararon con los cromosomas
“Y” de 1.140 personas que viven hoy en España y Portugal.
El
fundamento del estudio del cromosoma Y - que es transmitido
prácticamente sin cambio alguno de padres a hijos - es investigar los
datos genéticos de diferentes grupos humanos y hacer comparaciones para
ver si existen relaciones genéticas entre ellos.
Las
conclusiones fueron realmente sorprendentes pues nos informan que el
19,8% de la población ibérica tiene raíces judías sefaradíes o sea que
más de 10 millones de españoles y portugueses son descendientes de
aquellos judíos. Las conversiones forzadas y las inhumanas persecuciones
de la inquisición no lograron borrar la herencia genética de los
forzados que permanece hoy viva en la sociedades ibéricas y sigue
trasmitiéndole indefectiblemente de padres a hijos.
Las
pruebas están a la vista, un quinto de la población de España y
Portugal tiene ancestros de anusim y conversos, aquellos que lograron
sobrevivir a las trescientas mil victimas judías que la inquisición
asesinó, dejaron sus huellas para que se revelen hoy.
Zvi
Mesinai que es un físico y programador informático israelí, dedicado
desde hace años a investigar la Historia de Israel, sostiene que el ochenta y cinco por ciento de los palestinos tiene
orígenes judíos; un estudio genético del cromosoma Y, estableció una
sorprendente similitud genética entre los judíos y más del ochenta por
ciento de los palestinos.
Luego
de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalem, los judíos fueron
expulsados por los romanos, de los dos millones de judíos originales,
permanecieron un millón que primero fueron presionados a convertirse al
cristianismo durante el Imperio Bizantino y luego en el 1012 el califa
Al-Hakim los obliga a convertirse al Islam a un medio millón de
habitantes que aun se consideraban judíos. La gran mayoría se hicieron mustarabim,
musulmanes por fuera y judíos secretos en su intimidad, una similitud
histórica con sus hermanos marranos o anusim de la península ibérica.
El pueblo judío sufrió a través de la historia
grandes y dolorosos
exilios, expulsiones, genocidios, persecuciones y discriminaciones,
injustas acusaciones, conversiones forzadas y asimilaciones obligadas y
ellos resistieron como pudieron: luchando de frente, huyendo,
escondiéndose, adaptándose, mimetizándose con el medio, nadando contra
la corriente y a veces a favor de ella, el objetivo fue siempre
sobrevivir como persona y como judío, aferrándose a uno de los mas
sagrados principios judíos: el amor a la vida.
Esto
trajo como consecuencia que hoy, alrededor del mundo, aparezcan con
diferentes apariencias, con diversos idiomas, con distintos colores de
piel, con costumbres multifacéticas, incluso con aspectos muy difícil de
identificarlos como tales, por esto hoy el judaísmo es multiétnico y
pluralista pero compartiendo un origen y un gran destino en común.
Son
los descendientes de las tribus perdidas, los Anusim, los hijos de los
judíos perdidos en todas las asimilaciones forzadas, persecuciones y
genocidios a los que se vieron expuestos, los gentiles que desean
sinceramente ser judíos y por supuesto a los judíos oficiales y con
papeles.
Son los "Anusim", "los forzados" en hebreo. Un judío que ha
sido forzado a abandonar el judaísmo en contra de su voluntad, y quien
hace todo lo que está en su poder para continuar practicando sus
principios bajo la condición de coerción.
Se
cree que muchos de los habitantes de Latino América son
descendientes de esos primeros judíos secretos, de aquellos que llegaron
buscando nuevos lugares para vivir en paz alrededor de su fe, son
muchas generaciones que se vieron condenadas a no saber sobre sus
verdaderas
raíces e identidad.
En
España es imposible dar cifras sobre los Anusim, porque continúan
escondidos, pero las personas que se reclaman descendientes de judíos
son cada vez mas. "En todas partes, en las 52 provincias españolas, hay
judíos secretos, pero España sigue siendo un país muy antisemita y
todavía no nos sentimos seguros".
Los
Hijos de Menashé, cerca de un millón de personas, que viven actualmente
en el noreste indio y son una de las diez tribus perdidas. Conocidos en
Israel como los "Bené Menashé" (Hijos de Menashé), se trata de una
tribu de entre 750.000 y 1,2 millones personas y que están asentadas en
las regiones de Mizoram y Manipur, en el noreste indio, junto a la
frontera con Myanmar (antigua Birmania). Sólo unos 6.000 ó 7.000 son por
el momento judíos, ya que el resto se convirtió al cristianismo con la
colonización británica de esa región.
Los
Judíos de Uganda. La Comunidad Abayudaya - (El pueblo de Iehudá),
ubicada entre terrenos accidentados y los valles de Uganda Oriental vive
una Comunidad de 500 ugandeses negros que practican el judaísmo. Todo
esto lo vienen realizando desde hace generaciones y sus sinagogas,
generalmente hechas de chozas de barro, se hallan situadas en cuatro
pueblos diferentes en las afueras de una ciudad llamada Mbale.
Los
Judíos-Lemba: Hay unos 40.000 Lemba sudafricanos que se consideran a sí
mismos como judíos descendientes de los Falasha. Estos Lemba practican
la circuncisión, guardan un día de descanso semanal y evitan comer carne
de cerdo e hipopótamo, todo ello considerado por ellos como parte de su
herencia cultural judía.
Un
equipo de genetistas ha encontrado que un porcentaje anormal de hombres
Lemba llevan en su cromosoma masculino un juego de sucesiones de ADN
que es distintivo de los cohanim, los sacerdotes judíos considerados
descendientes de Aaron. Su portavoz, Ahmadiel ben Iehuda, afirma que
los 'nigro spirituals', las baladas acerca de Sión y del río Jordán que
cantaban los esclavos africanos en EEUU prueban sus raíces hebreas.
La
tribu Telugu vive en el sur de Nigeria. En las primeras décadas del
siglo XIX se convirtieron al cristianismo. En 1981 cincuenta familias de
la tribu empezaron a estudiar judaísmo y hebreo, y se declararon
descendientes de la tribu de Efraín. Se trata de unas 400 familias que
viven en Nigeria. Según su tradición vinieron de Marruecos, y dicen
descender de la tribu de Efraín.
La
tribu Pashtun, con 40 millones de personas, habitan en Pakistán y
Afganistán. Son musulmanes, pero tienen costumbres similares a las de
los judíos: descansan los sábados, prenden velas los viernes, usan una
indumentaria parecida al talit, rezan en dirección a Jerusalén y no se
cortan el pelo de los costados de la cabeza.
Cientos
de familias en Colombia decidieron entregarse por completo al judaísmo
sin tener lazos históricos con el mismo y menos de ascendencia,
condiciones indispensables para ser llamado judío. Son personas comunes y
corrientes que después de haber sido parte de otras religiones tienen
como meta convertirse en judíos y vivir en Israel, la tierra prometida.
Mientras
los judíos etíopes se adaptan lenta pero decididamente a la
sociedad israelí no se puede abandonar a cerca de los 10.000 "Falash
Mura" - cuyos ancestros judíos fueron obligados a convertirse al
cristianismo desde finales del siglo XIX - que aún esperan la
oportunidad para poder e emigrar a su tierra y reunirse con sus
hermanos.
¿Tenemos
el derecho y la autoridad moral de desviar a ese gran torrente humano e impedirles formar
parte del gran reencuentro de las diásporas?
Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.
Buenos Aires, Argentina.
Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
si es solo para mí, ¿de que sirve?
(Hillel)
si es solo para mí, ¿de que sirve?
(Hillel)
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