Es
innegable la gran ola de especulación, ansiedad y temor colectivo ante la
probable situación de que Israel se vea forzado a
una eventual guerra defensiva en todos los frentes.
Los
actuales acontecimientos en el Medio Oriente no son novedosos ni sorpresivos
pues el desarrollo del conflicto continúa en crecimiento y el gran interrogante
es saber lo que ocurrirá en el corto y mediano plazo.
En
mi opinión, se aproxima para Israel
una realidad de escenarios altamente conflictivos que pueden amenazar
seriamente su seguridad aunque cuente con grandes recursos éticos, humanos,
tecnológicos y militares a su favor.
Cotidianamente
nos informan los medios de difusión de todo el orbe:
"Siria e Irán lanzan amenazas a Israel"
Otra amenaza de Irán: "Estamos dispuestos a eliminar a Israel"
"Siria apunta sus misiles contra Tel Aviv"
"Rusia envía a Siria misiles avanzados anti-buque y baterías S-300"
"Rusia envió doce buques de guerra a las costas de Siria"
"Alta probabilidad de un ataque químico contra Israel"
"Hezbollah abrirá nuevo frente contra Israel en el Golán"
La
legítima defensa es una reacción natural, necesaria, justa y proporcionada que se realiza para neutralizar, anular o alejar cualquier
peligro de un ataque artero, desproporcionado, devastador e injusto. Si una
nación o comunidad renunciase a su legítima defensa quedaría indefensa y a
merced del cualquier ente hostil que quisiera destruirla.
Si se toma la dramática y vital decisión de enfrentar al terror por
el elemental y natural derecho a defenderse será producto de la existencia de un amplio consenso
entre el gobierno nacional y la mayoría del pueblo israelí, una autentica
reafirmación de la responsabilidad nacional del derecho a defenderse.
El derecho a defenderse
es un claro mensaje y una severa advertencia de Israel hacia el gobierno
clerical de Irán y a todos sus aliados del terrorismo internacional de que se están enfrentando a un hueso muy duro de roer y que
cualquier acción contra su territorio y sus ciudadanos será irreversiblemente
respondido con rigor.
El derecho a defenderse
es una severa advertencia de Israel a la amenazante presencia de las
organizaciones terroristas como Hamás y Hezbolah patrocinados por Irán, que
intimidan a la dirigencia árabe moderada con el inevitable fortalecimiento del
Islam radical en lugares como Egipto, Jordania y Arabia Saudita.
El derecho a defenderse
es una clara respuesta hacia una frontera entre Egipto y Gaza a través de la
cual el gobierno egipcio actual ya ni intenta frenar el contrabando de armas
desde el Sinaí hacia la franja, una península pasible de convertirse hoy en la
pesadilla tan temida de caer en poder de un régimen simpatizante de Hamás o de
Al Kaeda.
El derecho a defenderse
es un severo y claro límite hacia el genocida régimen sirio que asesina
impunemente a sus propios ciudadanos frente a la gélida indiferencia mundial y
que da vía libre a la
Hezbolláh para que se apodere del gobierno libanés y cree un nuevo y creciente
foco de inestabilidad e inseguridad en la frontera norte de Israel, ahora si
peligrosamente pegada al Irán nuclear.
El derecho a defenderse
es una clara respuesta hacia un escenario probable pronosticado por los especialistas
en medio oriente que es la rápida islamización de Egipto y de varios estados de
la región y no de una esperanzada apertura hacia la democratización y
modernización de estas sociedades.
El derecho a defenderse
es un llamado a las conciencias de las multitudes que sigan ocupando las
calles de las grandes capitales árabes que desgraciadamente están
expuestos a ser miserablemente manipulados por el Islam radical y destinados a
ser dóciles súbditos de medievales republiquetas islámicas como ya ocurrió con
Irán.
El derecho a defenderse
es una lógica respuesta a la cruel realidad que no logramos vivenciar con esa
plácida ilusión de una paz lejana y casi irrealizable aunque seamos personas
profundamente optimistas aunque nuestros sentidos e intelectos nos induzcan a
definirnos como unos irremediables pesimistas.
El derecho a defenderse
es un llamado a la reflexión de mundo
civilizado que vive engañado y desea continuar siéndolo, que se enoja seriamente si le decimos la verdad porque esta le
impide vivir en esa fantasía de lo “políticamente correcto y progresista”.
Israel sueña con la paz
pero no aceptará jamás ni siquiera por cuestiones de índole lógica y natural,
la paz de los cementerios.
Sabemos que el ideal de
vivir en un estado de paz no puede costarle a Israel su existencia, y ante la
posibilidad casi real de una única opción posible de confrontación violenta no
posee otra alternativa que una sola decisión obligada.
Israel tiene el sagrado derecho a defenderse
Dr.
Guido Maisuls
Buenos
Aires, Argentina.
"En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto
revolucionario" George Orwell.
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