Nuestro planeta se está calentando. Los últimos diez años han sido los más calurosos desde que se tienen registros y los científicos anuncian que en el futuro serán aún más calientes. La mayoría de los expertos están de acuerdo que los seres humanos ejercemos un impacto directo y negativo sobre este proceso de calentamiento, generalmente conocido como el "efecto invernadero".
El efecto invernadero es un evento natural y protector en la atmósfera de la tierra. Algunos gases, tales como los vapores de agua, el dióxido de carbono (CO2) y el metano son llamados gases invernadero, pues ellos atrapan el calor del sol en las capas inferiores de la atmósfera. Sin ellos, nuestro planeta se congelaría y nada ni nadie podría vivir en él.
A través de la quema de carbón, petróleo y gas natural que liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera estamos haciendo que esa manta que nos protege sea cada vez más gruesa. Cuando talamos bosques y quemamos madera, reducimos la absorción de CO2 realizado por los árboles y liberamos el dióxido de carbono contenido en esa madera. Si el crecimiento de la emisión de gases invernadero se mantiene en el ritmo actual, los niveles en la atmósfera llegarán a duplicarse durante el siglo XXI. Si no se toman medidas es posible llegar a triplicar la cantidad antes del año 2100.
El aumento de temperatura tendrá efectos devastadores, las características de la lluvia y del viento, que han permanecido constantes por cientos y miles de años, podrían cambiar. El consenso científico es que seguramente habrá un aumento global de la temperatura entre 1.5 y 4.5°C en los próximos 100 años. Mientras se derriten las capas polares, el nivel del mar se elevará y podría subir e inundar islas y áreas costeras bajas y hará que desaparezcan países completos.
Según la Organización Mundial de la Salud, aun un pequeño incremento de temperatura puede causar un aumento dramático de muertes debido a las temperaturas extremas; la diseminación de enfermedades como la malaria, el dengue y el cólera; la probabilidad de grandes sequías con la consecuente falta de agua y alimentos.
En un mundo crecientemente superpoblado y bajo la presión de tantos problemas preexistentes, se producirán mayores posibilidades de hambruna y de otras catástrofes; se incrementaran los problemas alimentarios. A mediados del presente siglo la población humana será de 11 mil millones de habitantes, entonces se la exprimirá más a la tierra para que produzca los alimentos suficientes mientras actualmente más del 50% del planeta ya ha sido cultivado, pastoreado o construido.
Si en la actualidad 1.100 millones de personas no tienen acceso al agua, en el año 2030 los sedientos sumarán 3.600 millones, mientras el 11% de los ricos seguirán despilfarrando el 88% de las reservas de agua dulce del planeta.
Si ahora el éxodo humano es por razones laborales, en cuestión de pocos años será el de los refugiados climáticos. Entonces, no habrá ya ni primer, ni segundo mundo en donde refugiarse. Mientras todo esto suceda, más del 30% de las especies de vidas se habrán convertido irremediablemente en nostálgicos recuerdos fotográficos del pasado.
Hemos llegado a un punto ecológico crítico, la tierra se esta muriendo, nuestra actual civilización la esta matando y nos estamos suicidando junto a ella, si deseamos sobrevivir como especie humana no nos queda otro camino que recrear un nuevo paradigma global:
1. La insaciable sociedad de consumo debe dejar de ser el leit motiv del hombre moderno y debe dar paso a una comunidad donde se consuma lo necesario para una vida digna.
2. La sobreexplotación comercial de la tierra se deberá transformar en una búsqueda racional de los recursos materiales necesarios.
3. Las salvajes ansias de ganancias ilimitadas se deben trastocar por el fecundo trabajo en el marco de una sociedad solidaria.
4. La inmoral pobreza, no se terminará ocultando a los pobres sino redistribuyendo la pornográfica acumulación de la riqueza.
5. La sobre utilización del petróleo debe ser reemplazada por la utilización de fuentes de energía solar, cólica, hídrica, combustibles ecológicos y por transportes públicos y no contaminantes.
6. La utilización del agua debe ser racional y solidaria, en función de las necesidades de todos y no del derroche de unos pocos.
7. Fomentar la producción racional, el reciclado y la reconversión de la basura en materiales nuevamente útiles y necesarios.
8. Frenar la explotación desmedida y despiadada de las selvas y bosques, reforestando las áreas depredadas con especies autóctonas que respete el ecosistema original.
9. La creación y conservación de grandes reservas naturales donde continúe la vida animal y vegetal como lo fue desde el comienzo.
10. Terminar definitivamente con las guerras que además de ser en la mayoría de las veces injustas y genocidas, destruyen nuestro hábitat sin miramientos de ningún tipo.
Esa maravillosa perfección que es la Tierra es el único hogar que poseemos y compartimos millones de seres humanos junto a las demás formas de vida.
Es nuestro Gran Desafío poder habitarla y realizarnos en ella, respetando ese increíble y milagroso equilibrio de la naturaleza, no dejemos que nuestros egoísmos y mezquinos intereses la destruyan, antes de que sea demasiado tarde.
Dr. Guido Maisuls.
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