Podemos pensar que toda aliah (migración a Israel) es plurimotivada, pero que en cada caso se puede señalar una expectativa central, ya sea de progreso económico, sionismo, judaísmo, de avance científico, etc., en torno a la cual giran las demás y que si se frustra, pone en duda el sentido de la decisión de emigrar. En cambio, si esa expectativa central se realiza, será más fácil soportar frustraciones en otros aspectos de la adaptación.
¿Pero, que ocurre con las necesidades de los olim (inmigrantes) sudamericanos?
Es un tema muy complejo, multifactorial, debido a que vienen de países de estructura libre, democrática y de otrora economía de bienestar, la mayoría pertenecientes a sectores medios: comerciantes, profesionales, empleados jerarquizados e intelectuales.
No se trata de aliot (migraciones a Israel) tradicionales de gente joven con ideales sionistas que venían a comenzar vidas, sino de matrimonios de edades adultas, con hijos en distintas etapas de crecimiento, motivados por la depresión económica de los sectores medios de Argentina y Uruguay.
Aquí toman contacto con una nueva realidad de la que supuestamente no se tenia conocimiento: Altos precios en el costo de vida, desconocimiento de las reglas de juego de una economía altamente competitiva, posibilidad de acceso muy restringido a trabajos calificados y todo esto unido a los problemas de absorción de los olim de todos los épocas.
Este proceso de absorción se complejiza por las dificultades en la inserción laboral, Israel tiene una estructura laboral altamente competitiva, donde tienen mucho peso: la edad, un nivel elevado de hebreo y de inglés, formación académica de excelencia, la protexia (acomodo), etc.; quedando con la alternativa de trabajos precarios, coaj adam (agencias de empleos), cablanim (contratistas), etc e incluso a veces con menores condiciones laborales que los trabajadores extranjeros. Esto supone el riesgo para los olim de una marginalización de la Sociedad Israelí.
Los olim de mediana edad con familia e hijos a cargo son el sector mas desprotegido y vulnerable, aunque la tercera edad tampoco tiene cubierta totalmente su subsistencia y los mas jóvenes tienen el valor agregado de sus mayores energías, vitalidad y sin importantes cargas familiares.
Al no lograr una adaptación e inserción adecuada a esta sociedad (trabajos insalubres, altos niveles de stress e incertidumbre, pérdida de autoestima, etc.) produce un deterioro de la Salud Psíquica y Física que se extiende a todo el núcleo familiar y a su entorno social.
Al no lograr una inserción laboral y social digna son empujados a no aportar al crecimiento, educación y adaptación de sus hijos (partes indisolubles del futuro de Israel) con el consiguiente riesgo de la ierida (retorno a sus países de origen), que significa el fracaso total del proyecto de vivir y desarrollarse en nuestra Tierra de Israel.
Sabemos que el crecimiento económico existe, pero no para todos por igual. La desigualdad en gran medida, no es a pesar de dicho crecimiento sino debido a él ya que se trata de un crecimiento desparejo, en el cual las inversiones, la producción y el salario alto se concentran en muy pocos rubros, que requieren muy poca cantidad de empleados.
De lo dicho se desprende que una de las claves para elevar el nivel de vida es la educación formal. El sistema educativo no logra eliminar las diferencias y, por el contrario, las agudiza pues menos de un tercio de los jóvenes que terminaron los estudios secundarios en 1996 en Israel comenzaron a cursar estudios terciarios.
Comparando con otros países, en Israel, la pobreza no es una pobreza de desocupados ni marginados, es una pobreza de trabajadores de jornada completa en trabajos precarios; siendo los olim jadashim los que se ubican entre los sectores ocupados y subocupados de más bajos ingresos del país.
Todos los israelíes y también los que depositan su futuro y el de sus hijos al hacer Aliah a esta hermosa tierra, se merecen algo más prometedor, algo mas que el capitalismo salvaje a que nos vienen exponiendo estas épocas de globalización ya que somos un pueblo singular y queremos también un Israel distinto al que nos promete la realidad actual.
Los olim sudamericanos también son israelíes, tienen los mismos derechos y deberes que los demás ciudadanos, dan sus hijos para la tzava (fuerzas armadas), pagan impuestos, etc. ¿Tienen el pleno derecho de reclamar medidas para lograr una inserción laboral y social digna, como los demás?
Son judíos que retornan a nuestra tierra ancestral y a nuestro Estado judío y democrático y reclaman vivir en una sociedad con valor agregado (Calidad de vida: Espiritual, Cultural, Social y Económica, que podían tener o no en sus países de origen)
No lograr una inserción laboral y social plena, significa lisa y llanamente, su expulsión de la Tierra de Israel como hace dos mil años atrás. No piden regalos, no quieren privilegios, simplemente desean trabajar, producir, desarrollarse, echar raíces y lograr frutos para el futuro de su descendencia israelí.
Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
(Hillel) --
Guido Maisuls
Kiriat Bialik, Israel, IL
http://cartasdesdeisrael.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario