El tórrido y sofocante verano israelí se ha ido y llegaron como una gran bendición del cielo las primeras lluvias, el aire se siente más limpio y perfumado, una suave y fresca brisa de otoño sopla sobre todo Israel.
Nuestra Medinah debe volver nuevamente a su origen, volver al pueblo pues el y solo el decidirá en el futuro inmediato una nueva dirección, un esperado liderazgo que hace mucho tiempo nos viene faltando, una nueva y autentica dirigencia.
Existen muchos motivos valederos para volver a recuperar el optimismo aletargado o perdido luego de este olvidable y mediocre periodo de decadencia por el que venimos pasando. Yo tengo mis autenticas razones por las cuales bregaría y apoyaría con total determinación y convencimiento los nuevos vientos que soplan, los nuevos tiempos que vienen.
· Promover como objetivo estratégico y primordial la obtención de una paz genuina con todos nuestros países vecinos árabes, Paz por Paz, como voluntad recíproca de convivir armónica y pacíficamente, sin mentiras ni mascaradas. Paz por Paz, no paz por territorios, no paz por dinero, no paz por terror, no paz por balas, no paz por hipocresías, simple y genuinamente Paz.
· Aprovechar la excelente situación económica, financiera y tecnológica con la que Israel cuenta actualmente para desarrollar una economía de bienestar, mas humana, más participativa, más distributiva, más incluyente, que armonice con nuestros valores milenarios de justicia y bienestar social. Una sociedad solidaria, sin pobres, sin marginados y sin explotados.
· Incrementar severamente las investigaciones y penalizaciones sobre todos los funcionarios públicos que incurran en actos de corrupción contra el estado o contra particulares, teniendo en cuenta los graves daños que producen al futuro de nuestro país.
· Aumentar la protección del trabajador de Israel defendiendo sus derechos laborales, eliminando definitivamente los nuevos sistemas de trabajo transitorios por Jevrot Coaj Adam o por contratos basura.
· Reestablecer de alguna forma aquel Estado de bienestar con justicia y solidaridad social creado por los fundadores de Israel y que fue reemplazado por un modelo socio económico neoliberal globalizado o capitalismo salvaje.
· Lograr por todos los medios posibles, la liberación inmediata de todos los israelíes cautivos: Ron Arad, Gilad Shalit y Jonathan Pollard.
· Impulsar con la máxima energía posible una inmediata y eficaz tarea de hasbara o esclarecimiento sobre la autentica realidad de la lucha que realiza Israel contra el terror islámico y sus aliados internacionales.
· Desarrollar redes más sólidas y flexibles, de contención social y protección humana, para los jubilados y pensionados, los niños, la minusvalidez, las familias uniparentales, familias que viven debajo del límite de pobreza y aquellas con numerosos hijos.
· Mantener e incrementar todas las ayudas necesarias para la aliah, la absorción y la adaptación exitosa de todos los judíos del mundo que quieran compartir nuestro presente y futuro en la Tierra de Israel. Poniendo especial énfasis en una inserción laboral adecuada que permita al nuevo ciudadano desarrollar una calidad de vida aceptable y digna.
· Aumentar y perfeccionar las acciones de prevención de las adicciones a las drogas y al alcohol que tanto daño hacen a nuestra juventud creando mayor nivel de conciencia comunitaria.
· Lograr mejores condiciones de accesibilidad y continuidad en los estudios universitarios para los jóvenes israelíes que se enfrentan a difíciles situaciones para ingresar a las Universidades e impedimentos posteriores para financiar los altos costos de las mismas, teniendo en muchos casos que recurrir a estudios en el exterior, favoreciendo así el comienzo del desarraigo de su país.
· Fomentar la utilización del transporte publico de trenes y autobuses para disminuir la sobresaturación de vehículos particulares que produce grandes embotellamientos, contaminación ambiental y sobre todo graves accidentes de transito, causa de muerte e invalidez que supera ampliamente a las producidas por las guerras y los atentados terroristas.
· Desarrollar una enérgica acción de protección al medio ambiente, relegada, la mayoría de las veces, por la acelerada necesidad de incrementar la producción y la rentabilidad económica en detrimento de la calidad de la vida humana, de la supervivencia de la fauna y de la flora autóctona.
· Reconocer alguna figura o tipo de ciudadanía israelí para todos y para cada uno de los judíos del mundo, como forma de afirmar su identificación y su pertenencia al único estado judío y democrático del mundo.
· Facilitar la completa integración de todos los israelíes en un proyecto en común de sociedad, eliminar los mitos y prejuicios, herencia de las diásporas, que producen barreras y obstáculos en el dialogo y en la convivencia; haciendo desaparecer los falsos antagonismos como laicos-religiosos, nacidos en el país-inmigrantes, blancos-negros, ashkenazim-sfaradim, ricos-pobres, derecha-izquierda, etc.
· Abrir las puertas de Israel de par en par para nuestros hermanos Anusim o descendientes de los conversos obligados al cristianismo y a otras religiones, más de 60.000.000 en Hispanoamérica y también para los descendientes de las tribus perdidas que dispersos por el mundo son otros tantos millones. Para reconocerles primordialmente el derecho a recuperar su propia identidad robada a través de los siglos y permitirles su regreso a casa, a la Tierra de Israel y por ende al judaísmo al que alguna vez pertenecieron.
· Solidificar con absoluta certeza, el carácter eterno e indivisible de Jerusalén como única Capital del Estado de Israel.
· Mejorar y promover los inseparables lazos de Israel con las comunidades judías que existen en todos los confines del mundo.
· Asegurar la absoluta protección física, psíquica y espiritual de todos los ciudadanos israelíes tanto en Israel o como en cualquier lugar del mundo donde se encuentren.
· Reafirmar la defensa, la reivindicación y la soberanía de los derechos inalienables del pueblo judío sobre toda la Tierra de Israel.
Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
(Hillel)
1 comentario:
La palabra ¨judío¨ es una locución que los adversarios de Israel usan desde hace décadas con intenciones agraviantes y difamatorias. Son expresiones del tipo ¨entre los judíos, ustedes los judíos, yo tengo un buen amigo que es judío¨, etc. no pueden ocultar su desprecio ancestral pues son conscientes de la enorme carga discriminatoria y antisemita, que el oyente puede percibir de inmediato.
Dijo Simón Wiessenthal ¨por la palabra ¨judíos¨ reconocerás a los antisemitas¨, y vemos que artículos y notas que contienen las locuciones ¨judío, judía, judíos y judías¨ son tendenciosas contra el pueblo judeo y rezuman de judeofobia.
Nosotros usaremos judeo, israelita, israelí, pueblo judeo, pueblo de Israel, etc. No utilizaremos más la palabra ¨judío¨ con la que el mundo hispano se sirve para agraviarnos con la definición de avaro-usurero y otras difamaciones genéricas. Hagamos saber al mundo que no somos pasivos, que no aceptaremos más que nuestro nombre lo elijan ellos y no nosotros. Hagamos respetar nuestra identidad, nuestra cultura, porque es nuestra y de nadie más. Hagamos respetar nuestra identidad judea y expresemos claramente cómo queremos que nos llamen, y cuando pregunten el porqué del cambio diremos ¨Porque el gentilicio correcto de Judea es judeo, no judío¨.
Los grandes cambios comienzan con un pequeño cambio. Es un cambio de una sóla letra, el reemplazo de ¨judío¨ por judeo. Llenemos páginas y más páginas en los correos, medios de expresión orales y escritos, libros, ensayos y artículos, conferencias, e mails y dejar en claro como queremos que se nos trate y como queremos ser llamados.
Quienes insistan utilizando "judío" dejará evidenciada la impronta de su racismo, ignorancia e intención difamatoria o antisemita.
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