3 de abril de 2014

El perro de Canaán






Hace unas semanas nos enteramos de la heroica acción contra una célula de  Hamás en Jenin que estaba decidida a perpetrar un ataque terrorista contra ciudadanos israelíes. En ella  actuaron la unidad de élite Yamam junto a la Brigada Kfir, a la unidad haredí Netzah Yehuda y a efectivos de la Guardia de Frontera.

En este operativo el Yamam perdió a su perro de ataque, que fue ultimado a balazos por los terroristas. Entonces tuve el deseo de rendir por medio de este humilde y sencillo  artículo, mi más profundo y sentido homenaje a ese valiente y heroico perro para que su sacrificio por la seguridad de los seres humanos no quede en un inmerecido anonimato y olvido.

Los perros de Canaán han tenido una larga trayectoria histórica a lo largo  de cientos y quizás miles de años de supervivencia. Sus ancestros provienen de la tierra bíblica de Israel y desde entonces fueron conocidos como Kelev Kanani (perro de Canaán) y descienden de una raza muy antigua llamada Perro Pariah cuyos dibujos se han encontrado por arqueólogos en las tumbas de Beni Hassan en Egipto (2200-2000 antes de la era común).

Antes de la invasión del Imperio Romano a  Israel, el Perro Pariah era muy común y abundaba en las poblaciones judías de la época y se utilizaba como pastor o guardián pero cuando los romanos destruyeron el país y dispersaron a los hijos de Israel, la mayoría de estos perros quedaron abandonados a su suerte en la planicie costera  y en el desierto del Negev pero pudieron salvarse de la extinción volviendo a la vida salvaje en el desierto y así vivieron durante siglos.

En los siglos posteriores los beduinos y los drusos capturaron a los cachorros machos del ambiente silvestre para criarlos como perros guardianes y para el ganado pero su verdadero retorno a la vida con el ser humano comenzó en la década de 1930 cuando los primeros grupos de autodefensa (Haganah) de los pioneros sionistas trataron de desarrollarlos como perros de combate pues las razas tradicionales no fueron capaces de adaptarse a la dureza del clima.

El perro Canaán debe su existencia principalmente a los esfuerzos de una prestigiosa académica austriaca y ferviente sionista, la Dra. Rudolphina Menzel. Su búsqueda de un perro ideal la llevó a los perros salvajes autóctonos, fueron capturados varios y comenzó un programa de reproducción y entrenamiento.

Los perros rápidamente demostraron su valía, sirviendo como perros guardianes, mensajeros, detectores de minas, ayudantes de enfermería y localizadores de soldados heridos y en la vida civil estos perros han tenido un notable éxito como perro guía para gente no vidente.

La Dra. Rudolphina Menzel (1891–1973) originaria de Viena, Austria, fue una de las especialistas en cinología mas conocida del mundo en el campo de quehacer animal. Ella emigró con su esposo el Dr Rudolph Menzel al Israel del Mandato Británico en 1938. Ella ya había sido invitada por el comandante de la Haganah Yaakov Pat en el año 1934  para que los ayude a crear una sección canina que mas tarde se convertiría en la prestigiosa Unidad Oketz de las Fuerzas de Defensa de Israel.

Al comienzo los Menzel se radicaron en el kibbutz Ramat Yohanan, cerca de Haifa, donde organizaron los primeros cursos de entrenamiento canino para la Haganah, mas tarde se mudaron a Kiryat Motzkin, en los suburbios de Haifa donde se dedicaron de lleno al estudio y entrenamiento canino y comenzaron el programa de redomesticacion de los perros de Canaán que vivían en forma salvaje en las cercanías de los asentamientos judíos, con los drusos del monte carmel y con los beduinos del desierto.

Necesitaban un perro ideal para ciertas operaciones de seguridad además de ser un buen guardián, entonces capturaron alguno de estos ejemplares para estudiarlos y saber si esta raza era apropiada para sus propósitos aunque se encontraba en estado semisalvaje desde lejanas épocas donde ya había convivido con el ser humano.

Algunos de estos perros salvajes fueron atraídos con comidas de su apetencia y se seleccionaron los mejores para su cría, volviendo así al lado del hombre sin mucho esfuerzo después de un par de milenios de selección natural donde sólo el más apto sobrevive.
Como los perros de Canaán  estaban provistos de una gran inteligencia y eran fácilmente adiestrables, unos 400 de ellos fueron reclutados y entrenados por la Dra. Menzel como perros guías y detectores de minas durante la Segunda Guerra mundial.

Esta raza de perro ha surgido de raíces tan salvajes para convertirse en un compañero útil y dedicado en tan poco tiempo, el perro Canaán no se parece a ninguna de las otras razas de pastoreo, habiendo surgido de un entorno desértico donde debió  adaptarse a climas extremos que van desde los días de calor agobiante a las noches de frío intenso por lo que es más activo durante por la mañana y por la noche y se dedica a dormir durante el calor del día acostumbrado durante siglos a soportar el calor, el frío y la aridez de los desiertos de Medio Oriente.

El perro Canaán esta capacitado genéticamente para realizar  tareas de confiabilidad y obediencia. Es un perro inteligente, fiel, dócil, protector con su familia y guardián por naturaleza aunque necesita mucho ejercicio y desafíos mentales y físicos pero por sobre todas las cosas requiere de un dueño paciente y cariñoso pero muy firme a la vez y de niños que lo respeten en su temperamento.

El perro de Canaán es un glorioso sobreviviente de las épocas bíblicas y todo gracias a su confianza en sí mismo, a su capacidad de adaptación y a la decidida ayuda del ser humano.
Esta nota es mi sincero y sentido homenaje, pleno de respeto y admiración hacia quienes llamamos el mejor Amigo del Ser Humano.



Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.

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