16 de septiembre de 2007

Una Ruleta Rusa


Los que vivimos la cotidianeidad  en nuestra querida Israel, estamos percibiendo imágenes y sensaciones fragmentadas, inconexas y contradictorias. Les confieso que últimamente me esta resultando muy difícil abordar esta temática de la seguridad israelí no solo por repetitiva sino principalmente porque me produce mucha angustia y pesar asumir ante el mundo que el principal Talón de Aquiles o gran debilidad que tenemos en estos momentos históricos esta decididamente instalada en la dirigencia mas claudicante y corrupta que se tenga memoria en nuestro pequeño gran país.

Los kassam continúan cayendo en forma impune, despiadada e inexorable sobre las escuela, los jardines de infantes y las viviendas de Sderot, que viven una verdadera y cruel ruleta rusa donde la vida depende únicamente del azar y ahora esos mismos proyectiles llegan hasta las bases de entrenamiento del ejercito y hacen estragos entre nuestros nuevos soldados.
 

Desde el norte nos llegan las amenazas y los preparativos militares sirios que no demuestran en absoluto intenciones de paz como tampoco lo presagia el rearme sirio-iraní de la Hezbollah, quien ya posee 15 o 20.000 misiles escondidos en el sur libanés, esperando el momento propicio y no vale la pena hacer agregados al crecimiento nuclear del Irán islámico.

Estas fuertes señales de la realidad me traen a la memoria esa alucinante escena del juego de la ruleta rusa en esa obra maestra del cine:  "The Deer hunter" (El cazador de ciervos) o El Francotirador  en la Argentina, a fines de la década del setenta. De este juego suicida de la ruleta rusa que ya conocemos como se realiza, se dice simbólicamente que se lo juega, cuando uno se coloca en una situación en la que se sabe que tarde o temprano le tocará pagar las consecuencias.
 
 

Sorprendentemente los  informes oficiales de Israel,  hablan de vientos de paz para el Medio Oriente, esos nostalgiosos vientos que soplaron en Oslo y que  vivenciamos en el pasado: se liberan terroristas presos con manos directa o indirectamente ensangrentadas,  se anulan las listas de peligrosos fugitivos que se movieron a sus anchas durante el terror de los atentados suicidas, los terroristas suicidas de Al Fatah se transforman en simpáticos y abnegados integrantes de la Autoridad Nacional Palestina y como broche de oro se ofrecen como obsequios en grandes bandejas de plata:  Judea, Samaria y Jerusalén, pero esta vez no unilateralmente como en Gaza, ahora a cambio de firmar vistosos y coloridos  papeles plenos de promesas de paz y de convivencia armónica, épocas de blancas palomas anunciando las buenas nuevas,  una escenario surrealista donde no se puede distinguir entre la realidad y la fantasía porque todo se funde en un gran espejismo en el medio del desierto de las ilusiones.
 

Es evidente que se esta preparando el gran escenario para la conferencia de paz que ordeno Bush para este noviembre, que no puede permitir que la realidad se le siga escapando de sus manos como le esta ocurriendo en Irak, en Afganistán y también en los mismos Estados Unidos.

Por este lado aparece un alicaído primer ministro Ehud Olmert, sobre el que  pende la espada de la Comisión Winograd  y las causas penales en su contra que se multiplican,  este gobierno que cuenta con  los índices de popularidad mas bajos de la historia política israelí, no solo logra milagrosamente sobrevivir sino que pretende tomar decisiones que comprometen seriamente el futuro de Israel. Su gobierno navega a la deriva sin una agenda política definida y la única tarea que le queda es tratar de administrar como pueda el país, pero para continuar debe realizar grandes hechos fuera de lo común como actuar como el gran promotor de un acuerdo final y total de paz con los palestinos. Su objetivo principal es ganar tiempo y permanecer en sus funciones de primer ministro, si es posible, hasta el final de su mandato pero paradójicamente carece del apoyo necesario en la Knésset y en la opinión pública como para llevar adelante las acciones requeridas para un acuerdo tan extraordinario.

Del lado palestino la popularidad de Abu Mazen no es muy distinta de la de Ehud Olmert ya que es considerado un líder sin poder de decisión y de carisma y además sin futuro político pues ya anticipó que no se presentará en las próximas elecciones y el gobierno que formó a cargo de Fayad es provisional, con una autoridad limitada hasta la realización de próximos comicios. Abu Mazen no tiene ninguna posibilidad de imponer cualquier acuerdo en sus territorios, ya que la Franja de Gaza no está bajo su mando y en la mayoría de las zonas de Cisjordania su mandato está en duda y depende de la buena voluntad de los "hombres fuertes" de cada lugar.

Un eventual acuerdo de paz con el actual gobierno de Abu Mazen, podría significar el fin de Israel. Cuando este escenario de fantasía que se pretende construir se desplome simplemente por falta de interlocutores reales y validos y  por la carencia de autenticas voluntades de paz, dejara como única opción para los palestinos el camino de la violencia, liderado por un Hamás que obtenga el control total del territorio y repita la trágica experiencia de la Gaza islámica de después de la desconexión.

Esa tremenda sensación de estar colectivamente inmersos en esta suerte de ruleta rusa se diluirá paulatinamente cuando los mismos resortes de la democracia que permitieron instalar esta pesadilla sean el instrumento suficiente y necesario para restaurar un nuevo liderazgo confiable, realista y representativo, que comience firmemente a neutralizar todas esas amenazas que actualmente se aúnan para destruirnos y que podamos alcanzar una Paz Verdadera, Digna y Duradera.

 

1 comentario:

José Leonardo dijo...

Es muy lamentable lo que esta sucediendo, pero es la dura realidad. Israel está perdiendo la perspectiva y está corriendo un grave riesgo.