Eli Moyal, cuyos antepasados vivían en Castilla antes de la expulsión de los judíos de España en 1492, es el alcalde de Sderot, una ciudad que se ha convertido en el símbolo de la resistencia al terrorismo para los israelíes.
El primer cohete cayó al lado de mi casa, en 2001, pero hoy no hay día en que no caiga un Qasam. El principal problema son los niños, que aquí no se comportan normalmente, no juegan al fútbol ni van en bicicleta, ya que no pueden alejarse demasiado de los refugios, sufren de alguna enfermedad postraumática, se ve obligado a tomar pastillas para dormir y no quiere salir de su casa por miedo a escuchar el sonido de las sirenas de alarma. Chicos de 14 o 15 años todavía duermen en la cama de sus padres.
En seis años, unos 5.000 cohetes han alcanzado Sderot causando 10 muertos: se ha violado nuestra soberanía 1.000 veces, pero nadie hace nada. Hasta que no surjan políticos como Menahem Begin y Anuar Sadat no se va a resolver el conflicto. Ahora no hay un líder fuerte ni en Israel ni en Palestina. Conozco a todos los miembros de la Knesset y no veo a ningún gran político en el horizonte. La cumbre de Annapolis es una reunión de débiles que no gozan de respaldo popular suficiente para alcanzar un acuerdo. Ni siquiera estamos en el prólogo de un
proceso de paz.
No es una guerra entre dos pueblos, no es una cuestión de tierra. Ariel Sharon decidió desmantelar las colonias de Gaza y destruir nuestras sinagogas, pero aquí siguen lloviendo cohetes. No deberíamos haber escuchado a Europa y EEUU. En Oriente Próximo hay que ser
realista: si te duermes, te matan.
No vamos a abandonar la ciudad. Y no porque seamos fuertes, sino porque tenemos razón. No tenemos otro país, y si cae Sderot, cae todo el sionismo, porque tarde o temprano los cohetes de las milicias palestinas alcanzarán Ashkelon y otras ciudades israelíes, es una cuestión meramente tecnológica.
Los judíos somos el pueblo más antiguo de la tierra. Nuestra historia no es de guerra. Somos un pueblo de poetas, filósofos, científicos. Tras el Holocausto tuvimos que volver aquí, y nos obligaron a desarrollar un Ejército poderoso. No hemos cambiado nosotros, sino las circunstancias externas.
Mas de Cien mil personas asistieron a Plaza Rabin en Tel Aviv, convertida en el centro de la protesta pública por la educación. Docentes, alumnos, estudiantes universitarios y ciudadanos comunes: "Nosotros sólo queremos que nos escuchen y trabajar dignamente".
El titular del Gremio Docente medio y secundario, Ran Erez, dijo: "iniciamos una lucha social por el estado de bienestar, educación es cerrar las brechas, tratar el tema de la violencia, el alcoholismo, las drogas, la elusión militar y todas las cosas malas que ocurren en el país. Es una lástima que el estado y el primer ministro no lo entiendan. El suelo tiembla, y este volcán hará erupción".
El intendente de Tel Aviv, Ron Juldaí: "Lo que para David Ben Gurión estaba claro, ha sido olvidado. La educación es una misión que no es nada simple, y que no es inferior a la de la seguridad nacional".
Los carteles: "Sin educación no hay futuro", "El sistema educativo se desangra y el gobierno está en coma", "Esta vez en las urnas, el pueblo elige educación", "Un pueblo entero exige educación".
"En el Parlamento solo hablan de la seguridad y la cumbre de paz de Anápolis pero en los hogares lo que de verdad importa es la huelga", Ben Areli, profesor de Jerusalén, cansado de cobrar la mitad que el sueldo medio mensual en Israel.
Aaron Ciechanover, académico israelí y premio Nobel de Química en el 2004 ha expresado: "Cada mañana me despierto atemorizado por la amenaza iraní. Pero no por su proyecto nuclear sino por el peligro que los alumnos iraníes saquen mejores notas en matemáticas que los nuestros".
Unos 15.000 israelíes piden a Olmert no dividir Jerusalén
Unos 15.000 israelíes se manifestaron en Jerusalén para pedir al primer ministro de Israel, Ehud Olmert, que "no divida la ciudad" en la conferencia internacional de paz en la ciudad estadounidense de Annapolis.
La concentración comenzó en la céntrica Plaza Sión de Jerusalén y prosiguió hasta el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado, ante el que se detuvieron a orar.
Olmert y su gobierno actúan de forma dictatorial y no escuchan la voluntad del pueblo judío en todo el mundo, contra la partición de la ciudad santa.
Aprueban en primera lectura ley que prohíbe dividir Jerusalem
La Knesset aprobó en primera lectura la moción impulsada por el parlamentario del Likud Gidon Saar por la cual si el gobierno decide dividir o entregar parte de la ciudad de Jerusalem debe ser aprobada por la mayoría de los parlamentarios, o sea unos 80 de los 120. "Hoy se publicará en todo el mundo, en Ramallah, Londres, Washington y Moscú, que el parlamento israelí se compromete con su ciudad capital eterna del pueblo judío"."Este es un mensaje a toda la comunidad internacional, un mensaje muy importante en le época que estamos viviendo" dijo haciendo referencia a la próxima conferencia de Annapolis.
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