A Benazir Bhutto, la llamaban la líder de los pobres y era una mujer que ansió el poder con el firme propósito de poder cambiar esa patética realidad que impera hoy en este perturbado rincón del mundo. Tuvo el extraordinario merito de liderar un proceso de transformación, en una región impregnada hasta la medula de fundamentalismo medieval siendo mujer, musulmana y demócrata.
Estupor, consternación e indignación son las terribles sensaciones que pueden definir ese estado de animo producido en nosotros al enterarnos de su alevoso asesinato. Falleció en el segundo atentado en su contra desde que regresó a Paquistán del exilio y su muerte es el símbolo real del verdadero contenido del salvajismo, del fanatismo y del fundamentalismo que amenaza devorar hoy a este mundo post globalizado.
Benazir Bhutto: "No he vivido hasta la edad que tengo para dejarme intimidar por kamikazes". "Los extremistas usarán todos los medios sangrientos a su disposición para atacar e impedir la causa de la democracia".
"Los extremistas prosperan en una dictadura. Saben que la moderación y la democracia marcarán su fin. No retrocederán ante nada para destruirlas [...]. Pero no podrán asesinar los sueños; no podrán asesinar las esperanzas que los paquistaníes pobres tienen en la democracia y en un futuro mejor".
El embajador de Israel ante la ONU, Dan Guillerman : "Debo decir que en mi trabajo he conocido y me encuentro con personas interesantes y hasta fascinantes. Benazir era una de las personas más fascinantes, llenas de atractivo personal, carisma e inteligencia que yo haya conocido jamás. Una mujer que sencillamente te conquista por su intelecto, por su carisma, su optimismo, una mujer muy especial. Creo que si ella hubiese llegado a ser primera ministra hubiésemos podido ver no sólo democracia y estabilidad para Pakistán, sino también buenas y cálidas relaciones diplomáticas con Israel".
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