15 de mayo de 2010

Matando al mensajero



“Las Malas Noticias”



"Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas.

William Shakespeare (1564-1616)


Había una vez en el legendario oriente, un lejano y antiguo país que era férreamente gobernado por un cruel y autoritario Rey, quien aborrecía profundamente el arribo de malas, incomodas y desagradables noticias.


Cada vez que llegaba un mensajero desde tierras cercanas o remotas que trajera malas nuevas, lo hacia ejecutar de inmediato. Evidentemente confundía al mensajero con el mensaje y esto llegó a hacer temer y a hastiar tanto a sus súbditos que decidieron de ahí en adelante ocultarle todo aquello que fueran malas noticias.


Ya nadie comentaba mas todos los acontecimientos que ocurrían. Un día se supo que había cesado en su función como Rey y nadie se atrevió a comunicárselo. Todavía nadie sabe a ciencia cierta si llegó a sorprenderse realmente cuando su cabeza rodó en el patíbulo sin el correspondiente aviso previo.



Los mensajeros de la antigüedad y de todos los tiempos se hicieron merecedores de recibir privilegios, dinero y prestigio si eran portadores de buenas noticias y a ser condenados al castigo de descalificadoras criticas, implacables oprobios, dolorosos azotes y hasta perder la valiosa y única vida cuando traían noticias infortunadas a todos aquellos que no querían oír la verdad y a los mas poderosos que no les convenía que se difundan.

¿Pero, cuales son realmente hoy esas malas noticias?


· Que no se logren salvar la vida de 9,2 millones de niños que cada año mueren por causas fácilmente evitables como el hambre y la desnutrición, el abandono y el maltrato infantil, la marginación y la pobreza, la carencia de prevención y tratamientos adecuados ante enfermedades prevenibles.

· Que se continúen fabricando arsenales atómicos para borrarnos del mapa. Que se este planificando el próximo genocidio nuclear que, al igual que Hiroshima y Nagasaki, amenaza reiterarse pero esta vez multiplicado en poder y destrucción.

· Que se minimice parcialmente o se niegue totalmente la histórica realidad de la tremenda atrocidad de la Shoa, del genocidio más grave y emblemático de la historia humana producido hace tan solo sesenta y picos de años atrás.

· Que se demonice obsesivamente a Israel hasta ponerlo literalmente de rodillas, que se lo presione hasta el hartazgo y se lo obligue a aceptar absolutamente toda la culpa de que "los pobres y sufrientes" palestinos y los países árabes no condenen la violencia terrorista, no reconozcan el carácter judío de Israel y no acepten sus derechos inalienables a vivir pacíficamente en la tierra de sus ancestros.

· Que no se haga ni siquiera lo posible para que "El hambre sea una sensación desagradable y dolorosa causada por la falta de alimentos". Un hambre que ya afecta a 1020 millones de personas, es decir el 15 % de la población mundial y con claras tendencia al crecimiento.

· Que se ensanche la brecha entre ricos y pobres, que siga aumentando día a día esa injusticia y que permitan concientemente que más de 3.000 millones de personas carezcan de una vida digna a causa de la desigualdad, la discriminación y la pobreza.

· Que existan monstruos capaces de enviar a pobres infelices suicidas voluntarios a inmolarse como bombas humanas en nuestros autobuses, cafés y lugares de reunión; en nombre de delirantes ideologías fundamentalistas.

· Que todavía estén libres e impunes aquellos responsables y protagonistas que volaron la Amia y la Embajada de Israel en Buenos Aires y demás crímenes terroristas cometidos a lo largo y a lo ancho de este sufriente mundo.

· Que existan aquellos que día a día trabajan incansablemente, con prisa y sin pausa, para sembrar el Terror como arma letal de dominación sobre esta desprevenida humanidad.

· Que son tal vez demasiados, aquellos que nos niegan nuestro inalienable derecho de seguir construyendo nuestro propio Estado judeo y democrático en la tierra de nuestro ancestros.


Cada vez que traigamos estas malas noticias a los poderosos que no les convengan que se difundan y a todos los necios que no deseen oír, estos oscuros intereses solo intentaran acallarnos de cualquier forma y a cualquier precio, sencillamente, matando al mensajero.


Ahora, Usted tiene la palabra

guidomaisuls@gmail.com



Guido Maisuls

Kiriat Bialik, Israel. Il.

Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
(Hillel)

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