Amigos, se terminó el mundial de fútbol 2010 para mí y para mi equipo favorito: la Argentina. Fuimos horrorosamente eliminados por los alemanes luego de una humillante goleada de cuatro a cero. Para nosotros, los israelíes de origen argentino concluyeron estrepitosamente las grandes esperanzas de festejar los goles y la alegría del fútbol criollo que nos viene acompañando desde nuestras más tiernas y tempranas infancias blanquiceleste.
"Jugamos como nunca y perdimos como siempre"
Alfredo Di Stefano.
Yo aprendí a jugar al fútbol muy temprano, sin estudiar ningún reglamento, en forma espontánea y natural como la hierba del campo que crece de cara al sol en cada mañana de primavera. En mi pequeño pueblito de General Campos en la verde Entre Ríos, sobraban los campitos baldíos donde fabricábamos nuestras amplias canchas de fútbol, dotadas con arcos de la dura madera de ñandubay. Los interminables partidos se robaban muchísimas horas de cada soleada tardecita argentina, escapados de nuestras tareas escolares y de nuestras abnegadas madres rezongonas, simplemente jugábamos al “fulbo”
No necesitábamos leer lo que nos dice hoy, Wikipedia:
Fútbol asociación o simplemente fútbol (del inglés football), también llamado fútbol, balompié o soccer, es un deporte de equipo jugado entre dos conjuntos de 11 jugadores cada uno y un árbitro que se ocupa de que las normas se cumplan correctamente. Es ampliamente considerado el deporte más popular del mundo, pues participan en él unos 270 millones de personas. Se juega en un campo rectangular de césped, con una meta o portería a cada lado del campo. El objetivo del juego es desplazar una pelota a través del campo para intentar ubicarla dentro de la meta contraria, acción que se denomina gol. El equipo que marque más goles al cabo del partido es el que resulta ganador.
Opinábamos igual que el entrenador alemán Sepp Herberger.
"La pelota es redonda, el partido dura noventa minutos, y todo lo demás es solo teoría"
Entre la decepción y la impotencia de la terrible paliza que nos dieron los alemanes, me di cuenta del tremendo e impactante efecto psicológico y filosófico que ejerce el fútbol en todas las sociedades, en los pensamientos e incluso en nuestras vidas cotidianas. Al punto de ser un potente motor de cambio social individual para unos pocos elegidos, los tocados por la barita mágica de la redonda y milagrosa pelota número cinco.
“Correré como un negro para vivir como un blanco.” Samuel Eto’o camerunés del F.C. Barcelona.
"Yo crecí en un barrio privado... privado de luz, agua, teléfono..." Diego Armando Maradona.
Allá en la Argentina de los años 1940 el medico psiquiatra y psicoanalista Enrique Pichón Rivière encontró en el fútbol un aliado incondicional, organizaba equipos de fútbol y campeonatos con sus pacientes del manicomio destinados a mejorar su proceso de socialización. El genial creador de la Psicología Social descubría así, una nueva y revolucionaria terapia psico-social:
“La estrategia del equipo de fútbol es mi tarea prioritaria”. Enrique Pichón Rivière.
"Alguien dijo: el fútbol es más importante que la vida y la muerte para ti, y yo dije: Escucha, es más importante que eso" Bill Shankly, 1981.
En mi decisiva e impactante experiencia de estudiante universitario, había arribado a la terrible conclusión intelectual de que el amado fútbol no era ya para mi todo lo que prometía desde mis dorados años de adolescencia. El gran culpable de tal devastadora influencia, fue nada más y nada menos que el gran faro de luz intelectual que ya me venía iluminando intensamente desde hacía algún tiempo: mi maestro Jorge Luis Borges:
"El fútbol es popular porque la estupidez es popular".
"Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos".
"La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible".
"El fútbol en sí no le interesa a nadie. Nunca la gente dice 'qué linda tarde pasé, qué lindo partido vi., claro que perdió mi equipo'. No lo dice porque lo único que interesa es el resultado final. No disfruta del juego".
"El fútbol despierta las peores pasiones. Despierta sobre todo lo que es peor en estos tiempos, que es el nacionalismo referido al deporte, porque la gente cree que va a ver un deporte, pero no es así".
“Que raro que nunca se le haya echado en cara a Inglaterra haber llenado el mundo de juegos estúpidos, deportes puramente físicos como el fútbol. El fútbol es uno de los mayores crímenes de Inglaterra".
Hoy en día mis pensamientos y sentimientos se moderaron un tanto, entre el apasionado amor juvenil y el gran rechazo intelectual-universitario, el popular fútbol paso a ocupar en mi vida un espacio muy discreto donde los amores y odios dieron paso a una tenue simpatía, a una simple adhesión emocional de buen hijo de vecino solo reverdecida suavemente en los críticos y peculiares tiempos de mundial de fútbol. Concordando con Vujadin Boskov - un jugador ruso del CSKA y del Dinamo de Kíev, manifestamos con una sencilla y directa sabiduría estas grandes verdades.
"El fútbol es imprevisible porque todos los partidos empiezan cero a cero"
"Ganar es mejor que empatar. Y empatar es mejor que perder"
"Perder es mejor que descender"
"Prefiero perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol"
"Fútbol es fútbol"
El fútbol es cosa muy seria, tanto que impacta muy fuerte en las cuestiones de estado, política y poder. Nosotros los que vivimos en Argentina, podemos atestiguar de ello: El mundial del 78 que ganó la Argentina y le dio tanto oxígeno a la dictadura militar de Videla. Todos los gobiernos latinoamericanos que cayeron o fueron derrocados luego de las grandes derrotas de su seleccionado mundialista. Y hasta para los nazis fue tétricamente crítico en ciertas y dramáticas encrucijadas. Durante la ocupación alemana en la Ucrania de 1942, a los jugadores del Dínamo de Kiev, se les ocurrió derrotar a una selección de Hitler en un partido "amistoso", los nazis les habían advertido: Si ganan, mueren. Y ganaron. Y los once fueron fríamente fusilados vistiendo sus atuendos futboleros, cuando terminó ese fatídico partido.
Después de una profunda reflexión, de tanta cháchara y de mucho divagar, les confieso que he llegado a una rotunda y definitiva conclusión:
“El fútbol es un juego simple; 22 hombres persiguen un balón durante 90 minutos, y al final los alemanes ganan". Gary Lineker
Siempre Ganan!!!
A la Argentina
Guido Maisuls
Kiriat Bialik, Israel, IL
(05 de julio de 2010)
Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
(Hillel)
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