Quienes vivimos en estas complejas épocas vivenciamos cómo se viene desarrollando desde tiempos casi inmemoriales un largo y tortuoso conflicto que atrapa irremediablemente a sucesivas generaciones de jóvenes, ancianos, mujeres y niños.
Nosotros, quienes aborrecemos tanto despliegue innecesario de odio, de maldad y de muerte nos oponemos decididamente a estas y otras guerras que se niegan miserablemente a la razón, a la lógica, a lo humano y a la vida misma.
Cuando observamos esas espantosas imágenes de sufrimiento y muerte que nos muestran los medios informativos sensacionalistas para vender más o simplemente para demonizar a Israel, sentimos una desagradable sensación de asco y repulsión hacia este interminable conflicto sin fin que imponen los agentes del fanatismo y el terror.
Reflexionando sobre estos jóvenes que defienden la integridad del Estado de Israel, logré comprender en toda su dimensión, el verdadero significado de esta frase tan escuchada: Melaj Haaretz, la Sal de la Tierra.
Comprendí que la Sal de la Tierra es esta noble juventud, son estas chicas y chicos casi adolescentes que se preparan para defender, proteger al pueblo de Israel en los momentos más difíciles, que sin lugar a dudas son lo mejor de lo mejor de nuestro pueblo.
Cuando el cruel y amargo dolor nos atenaza y nos muerde despiadadamente el alma se nos hace muy difícil rendirles un merecido y humilde homenaje y expresarles nuestro más profundo agradecimiento por su valioso legado.
Ustedes, los heroicos caidos en las guerras de defensa de Israel, quedarán eternamente en nuestras memorias y en la de todas las generaciones venideras.
¡Hasta Siempre!
Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.
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