Cada mañana, cuando me levanto y comienzo con la rutinaria misión de prepararme para un concurrir a mi trabajo y convencerme a mi mismo que este será un día especial, además de realizar esas tareas cotidianas como las de afeitarme, bañarme, vestirme y desayunar, siempre me tomo unos minutos para la sagrada tarea de informarme de lo que esta sucediendo en este mundo y para ello recurro a mi apreciada computadora, ingreso en Internet Explorer y en compañía de mi taza de café humeante, tengo a mi entera disposición toda las informaciones de lo que estuvo ocurriendo alrededor de este vapuleado planeta Tierra.
Mi primera impresión me conduce a la tranquilizadora certeza de que este mundo sigue andando, girando y girando, mientras la mayoría de los sucesos no son novedosos pues se repiten automática e incansablemente como el planificado funcionamiento del contador hematológico de tecnología americana que tendré que utilizar durante toda mi jornada laboral, aunque siempre me terminan traicionando mis inclinaciones de no haber perdido a pesar de mis cincuenta y tantos años, la capacidad del asombro, de descubrir cada día la genialidad de ese argentino que se llamo Enrique Santos Discepolo, de que el tango Cambalache sigue tan vigente como en 1934 y el mundo yira, yira.
La máxima responsable de la Agencia de Naciones Unidas para la Asistencia a los Refugiados Palestinos(UNRWA), Karem Abu Zayd, afirma desde Beirut, con mucho fervor humanitario, de que el cerco israelí a Gaza empujara a todo el mundo a los brazos del extremismo. Quizá esta Sra. Funcionaria preferiría que nuestra población de Sderot y del Neguev occidental sigan soportando como santos mártires por toda la eternidad, la infinidad de kassamim que llueven sin piedad sobre ellos, sin una queja y así evitar la catástrofe de que todos los humanos se conviertan de un momento para otro en enmascarados terroristas islámicos.
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...
Desde los Estados Unidos, Barack Obama nos anuncia la salvación a cambio de un módico y accesible costo: el voto. "Somos la esperanza del futuro, podemos rehacer este mundo como debería ser. Crea en mí y le redimiré no sólo a usted, sino a su país. Seré un himno que sane a esta nación, repare este mundo y haga este momento diferente a todos los demás". Obama, en su rol mesiánico, le ofrece a los americanos la tan prometida salvación como todas las religiones, prometiendo solucionar las controversias con Irán en un dialogo fecundo y pacifico e imponiendo definitivamente un redentor estado palestino en el Medio Oriente, robándole el extraordinario sueño a su posible predecesor George Bush.
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...
Las Naciones Unidas merecen un premio debido al extraordinario merito a su genialidad, al darse cuenta luego de mucho tiempo, de que existen puntos obscuros, en ciertos aspectos militares de dicho programa nuclear, según el informe del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei. "Uno de los principales asuntos relevantes para entender la naturaleza del programa nuclear iraní son los supuestos estudios del proyecto de sal verde y pruebas con explosivos especiales y vehículos destinados para misiles". Yo creo que hubiera sido mucho mas sencillo y hubiéramos ganado un valioso tiempo si solo nos dedicáramos a escuchar al presidente de Irán manifestar sus cotidianas, sinceras y familiares promesas de borrar de la faz de la tierra a ese inmundo microbio que se llama Israel.
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
Desde Estambul nos enteramos que los turcos en forma muy fresca y natural deciden y ejecutan una invasión contra el pueblo kurdo para destruir sus campamentos y bases militares en el norte de Irak. No nos olvidemos de que Turquía fue el ejecutor del genocidio de alrededor de 1.500.000 de armenios en épocas no tan pasadas y que hoy los kurdos son un pueblo sin nación, disperso por el Oriente Medio y desde hace muchos años libran una batalla contra Turquía, que busca simplemente aniquilarlos. Se puede estar en las antesalas de un nuevo y autentico genocidio y lo asombroso es que los turcos cuentan con el consentimiento o por lo menos con la total indiferencia del mundo occidental, que a menudo llora y se lamenta porque Israel elimina a algún terrorista que tira un kassam, un Katiuska o se inmola matando inocentes en nombre de Ala.
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
Riad El-Malki, Ministro de Relaciones Exteriores e Información de la Autoridad Nacional Palestina nos explica desde Buenos Aires, sobre los cohetes Kassam que los terroristas palestinos disparan a diario desde la Franja de Gaza y asesinan, mutilan y aterrorizan a una inocente e indefensa población civil, son apenas juguetes que provocan sustos si se los compara con el accionar militar israelí en la región. Estos argumentos son una continuidad de la vieja y estrafalaria teoría de la utilización de Israel de la fuerza en forma desproporcionada; entonces seamos tolerantes, no protestemos y aguantémoslos estoicamente estos hermosos y letales juguetes de nuestros amables vecinos.
Letra y Musica: Enrique Santos Discepolo-1934.
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