Cuando en todo el mundo conmemoramos el Día del Holocausto donde fueron exterminados seis millones de judíos inocentes por el régimen nazi de otrora, el Presidente de Irán no solo lo negaba sino que invitaba a realizar nuevamente otro genocidio más, esta vez contra la población de Israel.
Lo que es realmente patético y trágico es que este nuevo llamado a destruir seres humanos se realiza desde el ámbito de la conferencia contra el racismo de las Naciones Unidas, con el marco multitudinario y cómplice de los representantes de más de ochenta países del planeta, incluidos todos las naciones latinoamericanos y mas de 2.500 representantes de Organizaciones no Gubernamentales que sin lugar a dudas avalaron con su presencia esta atrocidad.
Mientras este nuevo Hitler nos recordaba los comienzos del nazismo en la Europa de los años treinta, propagando sus ponzoñosos improperios debemos destacar que hubo honrosas y valientes excepciones como Canadá, Estados Unidos, Italia, Australia, Holanda y Nueva Zelanda que no participaron de este dantesco y maligno espectáculo y los delegados europeos que se retiraron masivamente del recinto mientras vergonzosamente la mayoría de nuestros países latinoamericanos no lo hizo.
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