Por Guido Maisuls.
Cuando era un niño de tan solo diez años, mi pasatiempo favorito era imaginarme historias fantasiosas donde yo mismo era el protagonista principal. Al conocer las tremendas peripecias de mi pueblo judío durante y luego de la expulsión de España en 1492, los tormentos del exilio para algunos y las torturas de la Inquisición para otros, provocaban en mi sentimientos de bronca contra esa Corona Española que por un lado esclavizaba y exterminaba a los indígenas americanos y por otro robaba las grandes riquezas de oro y plata del nuevo continente conquistado.
Yo mismo me imaginaba un gran jefe corsario que al mando de mi banda de piratas judíos y marranos, hacíamos justicia asaltando los galeones españoles que viajaban repletos de riquezas a la viaja Europa y luego repartíamos el preciado botín entre los indios sometidos y los esclavos negros que habíamos liberados con nuestra lucha de las huestes españolas en las paradisíacas isla de Jamaica, de Haití o de Cuba.
Pasaron mas de cuarenta y cinco años y mis fantasías quedaron escondidas en algún rincón de mi mente pero de pronto por esas extraordinarias casualidades o causalidades de la vida llega a mi conocimiento la existencia del un nuevo lib ro del escritor estadounidense Edward Kritzler: ``Piratas judíos del Caribe''.
En aquel entonces yo ignoraba de que en los antiguos cementerios de Jamaica y otras lejanas islas del Caribe se encontraran lapidas con inscripciones en hebreo y que pertenecieran a esos piratas descendientes de judíos españoles y portugueses que se radicaran en la joven América luego de la expulsión de la península ibérica o de las persecuciones de la non sancta inquisición.
¿Había llegado el tiempo de la revancha hacia la Corona? ¿Habrán estado orgullosos de vengarse de los Reyes de España por los sufrimientos que les causaron a sus abuelos?
La principal zona de operaciones de los piratas fue el mar Caribe, desde allí podían asaltar los barcos que usaban la ruta de comercio entre América y Europa. Sus claros objetivos eran las ricas colonias españolas en América y las flotas españolas que transportaban metales preciosos y joyas.
Como Jacob Mashaj que junto a su esposa Deborah yacen en sus sepulturas judías donde aparece el típico símbolo de la calavera con los huesos cruzados que identificaban a los piratas de aquellos tiempos.
ü Justicieros.
ü Vengadores.
ü Exiliados rebeldes.
ü Delincuentes.
ü Marginados sociales.
ü Liberadores de esclavos.
ü Combatientes contra la inquisición.
ü Luchadores sociales.
ü Codiciosos empedernidos.
ü Resentidos sociales.
ü Robin Hood de la época.
ü Protagonistas de la historia.
ü Reivindicadores de su pueblo.
ü Asesinos despiadados.
ü Héroes.
ü Antihéroes.
ü Mercenarios a sueldo.
ü Modelos para imitar.
ü Modelos para rechazar.
ü Inventos fantasiosos.
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