14 de febrero de 2009

¿Por quien vote?


Martes, 10 de febrero de 2009, me despierto en la alborada y miro por la ventana de mi dormitorio, la esplendida presencia de nuestra Galilea, coronada desde lo alto por un cielo plomizo y amenazante de enviarnos un nuevo diluvio universal. Recuerdo de pronto, que hoy no se trabaja, que me están esperando en esa escuelita de Sabinia, las treinta y pico diferentes balotas para que yo recoja solo una y la coloque en esa misteriosa urna, nuestra llave maestra para formar un nuevo gobierno y un renovado parlamento.

Mientras me despabilo con ese negro y humeante café turco, comienzo a recordar el copioso aluvión de mails que inunda mi casilla de correo como consecuencia de mi última nota: ¿Por quien votare? Parece un cuento de hadas, judíos y gentiles de los más diversos rincones del mundo seriamente preocupados por nuestro futuro como pequeño gran país, inmerso en este misterioso e impredecible medio oriente. Y desde aquí voces, muchas voces de israelíes de habla hispana, desde Eilat hasta el Golán, desde Haifa hasta Jerusalem, con la natural ansiedad de querer aportar un trazo mas, un matiz original a esta magnifica pintura del Israel del mañana.

Mientras recorro con optimismo y alegría, esas dos o tres cuadras que me separan del sagrado templo de mi sufragio, saludo a mis vecinos y conocidos que con serias intenciones electorales, van y vienen con sus paraguas y pilotos, prestos para protegerlos del amenazante aguacero que ya se nos viene encima. En mi mente resuenan aun, las opiniones y comentarios de todos aquellos que se atrevieron a confesarme sus preferencias, sus temores, sus esperanzas, sus convicciones y sus sueños con respecto a este extraño fenómeno que se hace llamar: Elecciones en Israel.

Yo siempre voto a Avoda pero esta vez no se a quien.

Siempre apoye a Meretz pero esta vez voto a Tzipi Livni.

Lo prefiero a Bibi Netanyau pues necesitamos más seguridad y una economía estable.

Esta vez mi elegido es Gilad Shalit, tenemos que traerlo a casa.

Los islámicos de adentro y de afuera nos amenazan, Avigdor Liberman es la solución.

Israel necesita mas judaísmo y por esto voto al Shas o a Judaísmo Unido de la Torah.

Hay que apoyar a nuestros viejos jubilados, voto a los Guimlaim.

Estamos destruyendo la naturaleza y por eso elijo a los verdes.

En Israel necesitamos matrimonio civil y vida laica, voto a Tzipi Livni.

El que se merece nuestro apoyo es el partido de los discapacitados.

Jerusalem y el Golán son nuestros, voto al Likud.

Votaría Meretz, me asustan profundamente Lieberman y Netanyahu.

 

Estoy ingresando al lugar donde voto, me solicitan el documento de  identidad y me envían a un apartado donde se acumulan más de treinta clases de balotas, comienzo a buscar y al intentar elegir una, mi mente se estremece por múltiples inquietudes:

¿La crisis económica mundial nos impactara fuerte a los israelíes?

¿El Hamas y la Hezbollah seguirán enviándonos kazamim, katiushas y gradim de regalo?

¿El Irán continuara fabricando su bombita atómica para borrarnos del mapa?

¿El antisemitismo seguirá inquietando a nuestras comunidades judías del mundo?

¿Podremos lograr aunque sea unos pocos añitos de paz en la región?

¿Seguiremos soñando con una paz justa, autentica y duradera?

¿Mis hijos podrán estudiar, trabajar y construir sus familias en esta realidad tan compleja e incierta?

Con grandes dudas y mucha fuerza de voluntad, extendí mi mano, recogí una de las boletas y la coloque definitivamente en ese simple sobre, donde irremediablemente quedaron depositadas todas mis esperanzas.

Ya transcurrieron varios días desde ese martes heroico y lluvioso, sabemos ya quienes son nuestros nuevos parlamentarios o javerei knesset pero no quienes nos gobernaran. Sea quien sea el quienes lo hagan, me invade una placentera satisfacción, hubo mas de treinta opciones y elegimos la que quisimos, la que pudimos, la que razonamos, la que sentimos y por encima de todo respetamos las otras, las diferentes, las de los demás. Hoy, más que nunca, en Israel logre comprender con tanta claridad y seguridad lo que significa esa palabra tan universalmente invocada: Democracia.

 

Dr. Guido Maisuls

 

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