Israel esta ingresando en una nueva etapa en sus sesenta años de historia democrática, los nuevos desafíos están recayendo inexorablemente en Biniamin Netaniyau. El es el encargado de formar un nuevo gobierno, de construir un nuevo liderazgo que conduzcan a nuestro estado judío y democrático por un novedoso periodo, que desde ya se avizora como muy complejo y plagado de muchos riesgos estratégicos pero también pleno de grandes oportunidades.
Primer desafío: Neutralizar la amenaza nuclear de Irán, que simplemente pretende borrarnos para siempre del mapa.
Segundo desafío: Enfrentar la gran crisis financiera y económica mundial que amenaza con sumarnos a la tremenda ola de recesión, quiebre de empresas, desocupación y empobrecimiento que se cierne sobre el planeta.
Tercer desafío: Encarar las conversaciones de paz con los palestinos y los países árabes, en la necesidad de priorizar los auténticos intereses israelíes sobre seguridad y soberanía.
Cuarto desafío: Adaptarse a los grandes cambios políticos en los Estados Unidos, nuestro principal aliado estratégico, con una nueva y diferente administración, en la era de Barack Obama.
Quinto desafío: Anular las permanentes amenazas del fundamentalismo islámico, representados principalmente por la Hezbollah en el norte y Hamas en el sur de Israel.
Sexto desafío: Desarrollar una economía de bienestar, más humana, más participativa, más distributiva, más incluyente. Una sociedad solidaria, sin pobres, sin marginados y sin explotados.
Séptimo desafío: Proteger al trabajador de Israel defendiendo sus derechos laborales, eliminando definitivamente los nuevos sistemas de trabajo transitorios por Jevrot Coaj Adam o por contratos basura.
Octavo desafío: Desarrollar redes más sólidas y flexibles, de contención social y protección humana, para los jubilados y pensionados, los niños, la minusvalidos, las familias uniparentales, familias que viven debajo del límite de pobreza y aquellas con numerosos hijos.
Noveno desafío: Promover nuevamente la aliah a Israel que es hoy casi inexistente pero inexorablemente vital para nuestro futuro. Reestablecer e incrementar todas las ayudas necesarias para una absorción y adaptación exitosa de todos los judíos del mundo que quieran compartir nuestro presente y futuro en la Tierra de Israel.
Décimo desafío: Liberar inmediatamente y por todos los medios posibles a todos los israelíes cautivos: Ron Arad, Gilad Shalit y Jonathan Pollard.
¿Será capaz Bibi Netanyau, de asumir estos urgentes y vitales desafíos que asoman en nuestro horizonte actual?
¿Usted que opina?
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