Ya hemos transcurrido un año de lo que se ha llamado la Segunda Guerra del Líbano, un año vertiginoso, dramático y porque no, trágico. Para Israel no se cumplieron ninguno de los objetivos fijados en la guerra del pasado verano:
ü Los soldados secuestrados no han regresado a sus hogares.
ü La Hezboláh se prepara para una segunda vuelta con Israel, comenzó a fortificar de nuevo sus posiciones y volvió a pertrecharse con un abastecimiento en armas que nunca se había interrumpido.
ü La Franja de Gaza está ahora en manos de un Hamas .
ü Irán sigue creciendo militarmente y amenazando con destruirnos.
Hasta aquí, mi análisis frío, honesto y racional.
Les confieso, que para comenzar a hablar de los soldados secuestrados y todo lo que se hizo o se hace por ellos, me produce un nudo de angustia en la garganta y un gran peso de dolor en mi corazón, puede ser que por no ser lo suficiente imparcial en este análisis porque soy un padre mas, un padre como otros, de soldados israelíes, que aun hoy gozan de la libertad, de los sueños, del amor y del futuro.
La situación de los familiares de los soldados israelíes cautivos es muy dramática. Pongámonos en el lugar de ellos y pensemos que ya hace un año nuestros seres queridos están en una nauseabunda y oscura celda, con la salud deteriorada o posiblemente heridos, sufriendo del aislamiento del mundo, de la pesada soledad y luchando por no perder la esperanza a medida que transcurren los interminables días. Imaginemos que se siente cuando se habla de negociaciones para liberar a nuestros soldados, cuando se refieren a un intercambio semejante a mercaderías, no a personas y quizás el termino mas exacto y crudo sea el de trafico de seres humanos, intercambios de vidas, un simple trueque comercial con nuestros hijos, aunque sabemos que el precio de 1.400 a cambio de 1 no es exorbitante, al contrario, muchos israelíes vemos bastante natural que un soldado israelí valga 1400 terroristas y muchísimos e infinitos mas.
La ONG de derechos humanos israelí, B'Tselem, ha acusado a los captores de cometer un crimen de guerra: "Las leyes humanitarias internacionales prohíben completamente capturar y retener a alguien por la fuerza para forzar al enemigo a aceptar ciertas demandas, mientras le amenazan con dañarle o matarle si éstas no se cumplen".
El brazo armado del Hamás dio a conocer un cassette en el que se escucha al soldado secuestrado Guilad Shalit hablar por primera vez. "Pasé un año entero en prisión, mi situación se deteriora", dice Shalit. "Lamento la falta de interés en mi caso por parte del gobierno".
Hasta a hora nuestro Gobierno se opone al plan de intercambio de prisioneros por la liberación del soldado Gilad Shalit o lo pospone para un futuro bastante lejano, planteándose argumentos aparentemente sólidos y creíbles de que si por el soldado secuestrado se liberan prisioneros con sangre en las manos, se incentivaría a que los capturen más soldados.
Pero increíblemente, aparece en este doloroso escenario, una gigantesca contradicción, enorme como una montaña, como una cruel burla a los sentimientos de padres y seres queridos de nuestros cautivos, aparentemente aceptados como algo cotidiano y natural. Irrumpen hechos y decisiones que se contraponen violentamente con las posiciones del gobierno con respecto a la liberación de nuestros soldados cautivos.
Olmert decidió liberar a cuatro asesinos jordanos que mataron a los oficiales Iehuda Lifchitz y Pinjas Levy, en diferentes atentados terroristas, y que fueron condenados a cadena perpetua, como signo de amistad y agradecimiento hacia el Rey de Jordania.
"Simplemente siento vergüenza y desprecio a la vez por nuestro Primer Ministro. No quiero más vivir en un país donde el gobierno decide liberar a los asesinos de nuestros soldados". "Seguro que sus Ministros aprobarán su proposición, para ellos tiene el mismo valor que votar la subida del precio del pan ", concluye el hermano del fallecido soldado.
Eli LIfchitz, su padre, nos dice que "el acuerdo ya esta cerrado de antemano. Cualquier país normal no hubiera hecho algo semejante. Estoy seguro que si hubiera sido al revés, Jordania nunca hubiese soltado a los judíos asesinos de sus soldados. Mi hijo no falleció por causas naturales, cayó en servicio, intentando detener a una célula extremista de la Jihad Islámica que intentaba filtrarse para realizar un atentado y eso le costó la vida. (Maariv)
El ministro de Medio Ambiente, Guideon Ezra, dijo estar a favor de la liberación del dirigente terrorista Maruan Barguti. El líder de los Tanzim cumple una pena de por vida por estar implicado en atentados en los que decenas de israelíes perdieron la vida. (Guysen.Israel.News)
Gesto de Buena Voluntad: Olmert completa la lista de 250 presos de Al Fatah a ser liberados. El despacho del Primer Ministro completó la lista de 250 presos del movimiento Fatah a ser liberados, de acuerdo con la promesa hecha por el premier Ehud Olmert al presidente palestino Mahmud Abbas en la cumbre de Sharm El Sheik la semana pasada. (Agencia EFE)
Ante las opción surrealista de optar entre la libertad de nuestros ciudadanos que cumplen con la obligación ética y legal de defender a nuestro país y la necesidad imperiosa y patológica de agradar a nuestros supuestos aliados, que a la postre fueron y siempre resultan nuestros peores enemigos, la inestable balanza se inclina hacia donde no debiera; como hace un año, como en un circulo vicioso.
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