Siria se prepara para entrar en guerra con Israel.
Bajar al Asad prepara sus fuerzas para un conflicto militar con Israel, declaró el general Yosi Beidatz, jefe de la unidad de inteligencia militar.
Siria apura los preparativos para una guerra contra Israel aumentando su producción de misiles tierra-tierra y desplegando misiles antitanques, afirmó el domingo un oficial superior israelí durante la reunión semanal del gabinete del Estado hebreo.
Hezbollah se prepara en el norte para la próxima batalla con Israel
Hace una semana hubo una reunión secreta en el sur del Líbano en que oficiales de inteligencia de los gobiernos francés, italiano y español, que trabajan en las embajadas en Beirut de sus respectivos países, se sentaron a hablar con funcionarios de alto rango de la guerrilla Hezbollah, los peores enemigos de Israel en Líbano.
Hezbollah les aseguró, como ellos esperaban, que sus soldados en las fuerzas ampliadas de mantenimiento de paz en el sur de Líbano serían protegidos ante Al Qaeda y sus amigos de Fatah al Islam. También se les dijo que si de nuevo Israel ataca Líbano este verano, la guerra sería aún más feroz que el conflicto de 34 días ocurrido en junio y julio pasados.
Al norte del río Litani, y en medio de un conflicto en el norte libanés que los medios no han reportado, Hezbollah está construyendo nuevos caminos y bunkers, preparándose para la próxima batalla con Israel.
El Jefe de la Inteligencia Militar Mayor General Amos Yadlin dijo que ´Siria esta haciendo preparativos importantes, limpiando puestos militares, excavando, y reforzando sus defensas. Están llegando a un nivel de preparación para una guerra más que en el pasado, pero esto no significa que la guerra comenzará mañana. Los sirios cuentan con una gran cantidad de misiles de largo alcance. Ellos no necesitan mover las fuerzas para atacar con estos misiles ´.
Por la otra parte, el jefe del Estado Mayor, Gabi Ashkenazi: El Ejercito se prepara para una Guerra en dos frentes. El objetivo del Ejercito es mejorar la preparación, mientras que al mismo tiempo continuar con la guerra contra el terror. El despliegue visto hoy es impresionante, solo una cosa falta, el enemigo ´, dijo Ashkenazi. ´El Ejercito se prepara para una escalada en dos frentes, el palestino y el frente norte ´.
Pero la sangre corre de nuevo y la situación se agrava en el Líbano y en la franja de Gaza, nuevos grupos extremistas entran en escena y los rudimentarios cohetes Kassam, lanzados por los terroristas de Hamás, siguen cayendo sobre la ciudad de Sderot mientras que los gobernantes israelíes se preguntan ¿Qué hacer?.
Casi un año después de la guerra contra Hezbollah, Israel ha perdido parte de su poder de disuasión ante sus enemigos y esto permite el envalentonamiento de Hezbolláh, de Hamas y de Siria y que al mismo tiempo reciben apoyo en dinero, armas e ideología en abundancia desde Irán.
El gobierno israelí, debilitado por el informe Winograd sobre la guerra del Líbano y orientado desde su comienzo por una ideología timorata y derrotista solo atina a acciones de dudosa efectividad como son los asesinatos selectivos y los bombardeos aéreos que no logran afectar para nada los enclaves de Hamas.
En esta situación, en lugar de tomar el toro por las astas, se elije la opción del diálogo con Siria, de manera oficial o secreta, dada la influencia del régimen sirio sobre Hezboláh, Fatáh al Islam y Hamás ofreciendo como moneda de cambio las alturas del Golan.
Tierras por Paz y con la garantía de un inescrupulosos régimen como el de Bajar al Asad, una tiranía acusada por la ONU de haber inducido el asesinato en el 2005 del ex primer ministro libanés Rafik Hariri.
Imagínense como repercute este ofrecimiento, esta actitud de debilidad y de sometimiento en las orientales mentes de los crueles y autoritarios lideres sirios.
Hace 40 años atrás, la Guerra de los Seis Días, que tuvo lugar entre el 5 y el 10 de junio de 1967, debido principalmente a dos factores: el movimiento de tropas egipcias en la península del Sinaí (lo que anticipaba una nueva agresión contra Israel) y el bloqueo egipcio de los estrechos de Tirán, entrada natural al puerto israelí de Eilat.
El 17 de mayo de 1967, Egipto solicitó formalmente a la ONU la retirada de las tropas de interposición (UNEF) y comenzó a remilitarizar el Sinaí y la frontera con Israel. El 23 de mayo del mismo año, Egipto bloqueó los estrechos de Tirán, lo que según Israel contradecía las Leyes Marítimas de la ONU y era causa de guerra. El 30 de mayo, la presión popular en Jordania logró apartar al rey Hussein de su tradicional alianza con las potencias occidentales y le obligó a unirse a la alianza egipcio-siria, otorgando el mando de sus fuerzas a un general egipcio.
Tras recibir una serie de respuestas ambiguas por parte de los Estados Unidos y de la ONU y tras nombrar Ministro de Defensa a Moshe Dayan el 1 de junio de 1967, Israel se creyó forzado a actuar ante el bloqueo y el despliegue militar egipcio, dando comienzo a la guerra propiamente dicha.
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