La directora de un instituto de psicología de la ciudad de Sderot, Tami Sagie, cuenta que la primera palabra que pronuncian los chicos que nacieron después de 2001, año en que comenzó la lluvia de cohetes Qassam contra la ciudad, no es ni mamá ni papá, sino "boom".
"El nivel de ansiedad en los chicos es imposible de describir. Cuando los cohetes caen, muchos adolescentes se hacen pis en sus camas; otros, en cambio, prefieren dormir con sus padres".
En los últimos seis años, cayeron en Sderot más de 4500 cohetes. Y para sus 24.000 residentes, con el paso del tiempo, los traumas, lejos de perder fuerza, se multiplican. "No logro superar aquel momento. Cada vez que escucho un ruido, me asusto", dice Noam Amram, de 62 años, que vio cómo un cohete caía a metros suyo cuatro meses atrás.
Israelis traumatised in Sderot - Breaking News - World - Breaking News
Según una encuesta difundida la semana pasada, casi la mitad de los trabajadores consultados expresó que si pudiese irse de allí, lo haría. Además, el valor de los inmuebles cayó un 60% y el comercio en la zona ha colapsado.
Mientras los cohetes siguen cayendo, todas las críticas por este infierno apuntan contra el gobierno israelí. "Deberían estar avergonzados. Se han olvidado de nosotros. Firmado, los chicos de Sderot", cuenta un graffiti callejero.
La ciudad de Sderot , los kibutzim del Neguev y localidades de la zona, se convirtieron en blanco diario de los cohetes que los palestinos disparan desde el norte y el sur de la Franja de Gaza, que se multiplicaron y agravaron dramáticamente desde la retirada unilateral de Ariel Sharon.
Los pobladores de estos lugares están viviendo desde hace mucho tiempo una vida de pesadilla, cada vez sufren mas muertos y heridos de gravedad mientras sus escuelas, hospitales, casas e infraestructuras afrontan oleadas de misiles diarias de sus vecinos palestinos.
Desde hace bastante tiempo vivencian el desinterés y la apatía de los Olmert y de los Peretz, por su drama; el intendente y los habitantes de Sderot, ubicados a unos seis kilómetros de la franja de Gaza, intentaron llamar la atención a las autoridades israelíes de diversas formas:
- Cerraron la ciudad, bloquearon todos los accesos y no permitían la entrada ni la salida de vehículos, a excepción de los que sirven para el transporte de alimentos o para otros servicios a sus 23.000 habitantes.
- El alcalde de Sderot, Eli Moyal, exigió la dimisión del Gobierno del primer ministro Ehud Olmert "si no puede proteger a la población civil".
- Huelga de hambre frente a la casa de Amir Peretz, quien también habita en esa ciudad y desde el Ministerio de Defensa solicita constantemente ¨paciencia¨.
- Sderot intento recurrir a la ONU para encontrar alguna forma de poder traer seguridad a los residentes de su ciudad, tras la indiferencia del gobierno de Israel ante la caída de Kassam.
Los ataques con misiles contra nuestra población representan simplemente una declaración de guerra y ningún país del mundo toleraría que un vecino, bombardee a sus habitantes como esta ocurriendo aquí, mientras sus lideres ni siquiera se esfuerzan por ocultar lo que piensan y proclaman su intención de lanzar mas ataques para destruirnos o expulsarnos definitivamente.
Nuestros dirigentes hablan, prometen y piden paciencia en tanto lo únicas medidas punitivas que se toman es bombardear edificios derruidos y campos vacíos, cayendo infantilmente una y otra vez en trampas mediáticas que muestran al mundo ´´el atroz genocidio´´ del pueblo palestino.
Nuestros gobernantes caen presa del pánico, detienen todos los bombardeos de artillería, piden perdón por los errores cometidos y luego ante nuevas agresiones amenazan verbalmente a los palestinos de tomar represalias pero nunca sus advertencias son implementadas, perdiéndose definitivamente la capacidad disuasoria.
Mientras los terroristas continúen almacenando armas en hospitales y escuelas y operando desde zonas densamente pobladas, debemos hacerlos a ellos como los únicos responsables de las muertes de los suyos.
Hoy ya no hay tiempos para acciones puntuales de corta duración sino una reocupación de todo la Franja de Gaza, para eliminar definitivamente esta infraestructura militarizada, imitación de la triunfante experiencia de la Hizbollah en el Líbano.
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