Desde ya muy agradecido por hacerme esta pregunta pero la respuesta no es sencilla, es mesiánico o fantasioso decir que uno podría tener la solución para una problemática tan compleja y dinámica. Creo que las soluciones deben ser elaboraciones colectivas, populares y que luego deben ser interpretadas en los hechos por personas que tienen vocación de lideres. También los intelectuales tienen un rol muy importante en esta temática al poder esclarecer, a ayudar a interpretar nuestra realidad de todos los días.
Anoche mientras miraba con mi familia la televisión israelí que mostraba la majestuosa demostración en la plaza Rabin de Tel Aviv, me di cuenta de cual es el origen de la solución para nuestros abundantes y serios problemas, sencillamente reside en escuchar a nuestro pueblo, a nuestra gente, que tiene la capacidad de manifestarse natural y espontáneamente, sin especulaciones egoístas ni intrincadas operaciones con fines personales.
Frente a un público de entre 150.000 y 250.000 personas, desfilaron una respetable serie de oradores:
El escritor Meir Shalev: Usted trabaja para nosotros, señor primer ministro. Queda usted despedido. Señor ministro de Defensa, Amir Peretz, dijo usted que Nassrallah no olvidaría su nombre. Pues bien, nosotros tampoco lo olvidaremos".
Moshé Moskal, padre de un soldado muerto en la guerra: No somos una banda de ignorantes. No subestime la inteligencia de este pueblo. El pueblo le dice: 'Hasta aquí'. Han fracasado, pues renuncien".
Uzi Dayán se dirigió a los enemigos de Israel:"No se equivoquen: el hecho de que se hayan reunido hoy decenas de miles del pueblo a exigir la renuncia de su gobierno no da cuenta de la debilidad de Israel, sino, al contrario, de su fuerza. No es un pueblo de telarañas, sino una sociedad firme, llena de fe y sobre todo, democrática".
La gente se expresa así, legitimando las conclusiones de la Comisión Winograd que ha revisado el período anterior a las hostilidades del verano de 2006 y los primeros cinco días de la II Guerra de Líbano que son prácticamente de expulsión, para el primer ministro Ehud Olmert, el ministro de Defensa Amir Peretz, y el ex comandante del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Dan Halutz; yo extendería también el juicio condenatorio al resto del gobierno y a toda la clase política israelí que salvo honrosas excepciones, se han vuelto complacientes, poco preparada para una guerra, sólo lista para "conflictos asimétricos de baja intensidad" y que cree engañosamente poseer suficientes elementos disuasorios, perfilándose así una profunda desconexión: entre el Israel que durante casi seis décadas no ha logrado liberarse de la amenaza contra su existencia y un Israel donde la bolsa, el shekel y la economía están en permanente alza.
Somos muchos los que creemos que aún se puede hacer grandes cambios, sabiendo que estos procesos progresan lenta pero irreversiblemente. Reclamamos un gran movimiento al costado de TODA la actual dirigencia, queremos un total recambio por caras nuevas, manos limpias, mentes lógicas y realistas, pero que nuestra gente y nuestra tierra sean el único leit motiv de su accionar. Sabemos que es Posible.
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