Segunda parte
El tango es producto del marco social de donde surge, es en
El tango surge en
Al tango era muy común ver bailarlo en las calles, muchas veces entre hombres. En esos años las mujeres escaseaban, la mayoría de los inmigrantes venían sin pareja a probar suerte. El contacto con el sexo opuesto era en las academias o en las casas de citas.
Tuvo su nacimiento en los suburbios, en el arrabal, en los barrios más alejados del centro y lindantes con el campo. Los organitos lo difunden por los barrios y los teatros lo incluyen en sus obras. Convive con otras danzas pero poco a poco se destaca y conquista al centro de la ciudad.
Fue aceptado, en mayor o menor medida, por todos los sectores sociales y se impone en Europa primero, y después en Estados Unidos y el resto de América.
¿Pero cómo se integran a esta realidad social, estos inmigrantes judíos provenientes de Europa oriental, de Turquía, etc, y que llegaban con una mochila cultural tan fuerte y peculiar?
El aporte mas destacado a esta investigación lo hizo el periodista Julio Nudler (Fallecido en julio del 2005) autor de Tango Judío. Del ghetto a la
"Empecé a advertir que la relación entre la comunidad judía porteña y el tango era llamativamente fuerte, pero al mismo tiempo, y de algún modo, ignorada". "Autores y compositores también podían ser reconocidos e identificados pero no hallamos tantos judíos, si los encontramos como músicos dentro de las orquestas".
Un tango en Israel
Dr. Guido Maisuls
Nací en el país donde el tango me acunaba con adiós muchachos y yira yira, mientras mi padre cada noche escuchaba a Marianito Mores y a Julio Sosa en aquella vieja radio gris.
Crecí en el hogar donde se juntaban las melodías del arrabal y la cumparsita con el a visale mazl y el dulce y añorado idish que brotaban de las bocas de mis queridos abuelos rusos ashkenazis.
Compartí una mesa donde se mezclaban el vino tinto con los vareniques, el mate amargo con el leicaj de miel y porque no el churrasco con los knishes de mi bien dispuesta idishe mame.
Aprendí de mis mayores que en la vida hay que ser un hombre derecho y valiente, que hay que ponerle el pecho a la vida pero también hay que estudiar una carrera y ser un idishe mench .
Jugué al fulbo en un potrero, a la payanca en la vereda y al dreidl en el shil. Leí Billiken, Corto Maltes y Rico Tipo junto a las Historias de mi Pueblo y El Estado Judío de Teodoro Herzl.
Festeje con sidra y pan dulce el Año Nuevo, con asado y empanadas el 25 de Mayo pero en Rosh Hashana era manzana y miel y en Pesaj el vishnik de mi bobe Sara y su rico guefilte fish.
Me emocionaba la marchita de San Lorenzo los 9 de julio y el HaTikva me hacia lagrimear en los Iom Hatzmaut y se me confundían los alegres Purim con el loco y sensual Carnaval.
Me despertaba mucha pasión mi equipo de Boca Juniors, la cupe Ford de Juancito Galvez y la voz de oro del morocho Gardel pero también los jalutzim y el ejercito de defensa de Eretz Israel.
Se mezclaban en mi fantasía las imágenes de los gauchos del Martin Fierro, los malevos del noveciento y los rebes, cuenteniks y linyeras de los cuentos de la lejana Rusia de mi abuelo José.
Aunque en mi alma sigan prendidos adiós pampa mía y anclao en París, los domingos se me volvieron lunes, del asado al shawarma y al falafel y mi hermoso castellano se trocó en un naciente y difícil Ibrit.
Hoy que vivo en Israel, mi Argentina esta muy lejos, ya no me siento en un doble país, estoy en la tierra de mis ancestros y mi querido tango argentino continuara siendo Un tango en Israel.
Bibliografía. (Primera y segunda entrega)
Tango Judío. Del ghetto a la milonga de Julio Nudler.
"El Tango" Una historia con judíos, de José Judkovski.
Reflexiones sobre los orígenes del tango, Ricardo García Blaya.
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